Según ha informado Cort en un comunicado, la medida da respuesta a las peticiones vecinales que reclamaban iniciativas para menguar la velocidad de los vehículos que circulen y se enmarca dentro del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS).

El regidor de Movilidad, Joan Ferrer, ha explicado que la iniciativa se incluye "dentro de la estrategia de movilidad que busca una mayor pacificación del tráfico e incrementar la seguridad vial".

"Los estudios marcan de forma clara que, a una menor velocidad, se tiene un mejor resultado ante un accidente", según Ferrer. Para el regidor, "es un objetivo del actual equipo de gobierno incrementar las zonas 30 y reinvertir la prioridad a favor de los peatones y de las bicis".

Las tareas de señalización se harán sobre todo en horario nocturno. Cuando se haga de día, las afecciones al tráfico serán puntuales y las vías principales no se verán afectadas.

Para instalar una zona 30 se tienen que cumplir una serie de características, que se cumplen en el barrio. En las zonas 30 las prioridades se invierten y el peatón pasa a tener prioridad ante el vehículo.

Los límites serán la calle Industria, las calles Joan Crespí, Vila, Maestros de Azuela, Sant Magí y la avenida Argentina. Habrá dos ejes que no se incluirán dentro de la zona porque circula el transporte público: el eje formado por la calle Caro y el eje de las calles Comte de Barcelona y Espartero.

El proyecto de zona 30 se plantea sobre el concepto de puerta de acceso. La medida contempla 22 puertas que son todas las entradas por donde se puede acceder el tráfico rodado.

En las vías de salida se señalizará verticalmente el fin de la zona, mientras que en el interior se incrementará la señalización de la limitación de velocidad a 30 km/h. Así, se instalarán señales verticales que se reforzarán con símbolos horizontales similares a los de las entradas.

En total, se ubicarán 35 señales de zona 30 de gran formato complementadas con el correspondiente símbolo horizontal.