Los comedores escolares de Castilla y León estarán más controlados a partir del próximo curso, ya que será obligatorio que haya un trabajador vinculado a la empresa que reparte la comida.
Este empleado atenderá las peticiones de
padres, tutores, cuidadores y demás personal del centro y velará por que se ofrezca una comida sana a los alumnos.
Así se recoge en el nuevo decreto que regula el servicio, que también indica que debe haber un cuidador por cada 35 alumnos en Secundaria,
uno por cada 25 en Primaria y uno por cada 15 en Infantil.
En la región hay
488 comedores, 351 rurales y 137 en capitales.
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