Esther Bazán Gasch, periodista onubense de la Cadena SER en Madrid, aprovechó el Domingo de Pasión el honor de ser la primera mujer en cumplir con el rito de pregonar la Semana Santa onubense y dibujó la antesala de la Pasión con su acompasada voz radiofónica, penetrante, precisa y clara, dirigida a romper barreras y a embelsar en la descripción de los múltiples detalles que Huelva tiene que mostrar, como hace a continuación.

¿Cómo ha visto Huelva desde el atril de su pregón?

Entregada, con ilusión, con compromiso, dando mucho cariño, expectante, con ganas de aprender y de recoger los nuevos frutos, de abrir su mente y su corazón.

¿En qué momento o época del año está Huelva más bonita y más viva?

A mí me encanta la ciudad en primavera. Marzo y abril son dos momentos en los que el olor de los naranjos, cargados y pesados de azahar y la luz que se proyecta a media mañana en la ciudad dibujan una postal preciosa.

¿Qué es imprescindible en la Semana Santa de Huelva?

Calzado cómodo, la radio (mis amigos Nacho, Pepe y Manuel Jesús), abrigo para la noche y todo el tiempo del mundo para disfrutar de cada cosa que ocurre en cada calle de nuestra ciudad.

¿Qué momentos recomienda de ella?

El camino de vuelta de cualquier hermandad, una vez pasada la Carrera Oficial porque ya huele a cansada, la candelería está consumida, los cirios han llorado más y eso envuelve a las Hermandades en un misterio increíble. No obstante, nunca me pierdo la salida de la Hermandad de "La Burrita". Su paso por Santa Fe me encanta, con sus marchas triunfales y la Virgen saliendo de la Puerta de San Pedro.

Como periodista, deme un títular de cómo es la Huelva de hoy.

Huelva tiene los ojos grandes y los brazos abiertos, como cuando uno da un abrazo de alegría.

¿Qué es lo que echa más de menos cuando está en Madrid?

El color del cielo azul, la brisa del mar y la tranquilidad de poder pasear por las calles peatonales. En Madrid se va corriendo hasta de paseo.

¿Cómo nos ven fuera de aquí a los onubenses?

Como gente sencilla, tranquila, buena, amable ... Y les encanta lo interminable de nuestras playas.

¿Cómo son en realidad?

Creo que damos una imagen bastante real y que la idea que tienen los demás de nosotros se corresponde con lo que somos. Como crítica diría que somos demasiado conformistas, que nos cuesta pelear por lo que es nuestro y sin embargo los de fuera se apropian enseguida de ello.

¿Cuándo vienen amigos adónde los manda a comer y qué les recomienda visitar?

Comer se come bien en cualquier parte y siempre les recomiendo que hagan un menú exclusivo a base de jamón, gambas y coquinas. El que lo prueba es capaz de llevarse una semana comiendo sólo eso. Y a las visitas las mando siempre a lo alto del Conquero, por las vistas que tiene; a La Rábida, porque me encanta su silencio; a la playa, a cualquier playa y a irse a Ayamonte y cruzar hasta Portugal. Después a los pueblos de la Sierra: Aracena, Aroche o Jabugo son imprescindibles en mi personal ruta.

¿Cuál es la mayor bandera o símbolo de Huelva?

El azul del Océano.

¿Qué defectos o aspectos a mejorar tiene?

Que de una vez por todas nos creamos todas las virtudes que tenemos y que vivimos en una tierra privilegiada, que tiene de todo ... Mar, vino, sierra, pescado, jamón. No hay muchos lugares que disfruten de tanta oferta, tan variada y tan buena.

¿Qué rincón de la provincia elegirías para un atardecer?

Ayamonte, para ver como el mar se traga el sol.

¿Qué monumento no se cansa de mirar?

Me encanta el Muelle del Tinto.

¿Un recuerdo imborrable sobre Huelva?

Cuando cogí el tren una noche camino de Madrid hace 22 años. Sabía entonces que ya nada sería lo mismo y que apreciaría mucho más todo lo que iba dejando atrás.

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