Justin Bieber lleva un tiempo viviendo en la encrucijada vital de quien tiene 25 años y aún no sabe si dejarse llevar o coger el toro por los cuernos. Si hace unas semanas inquietaba a sus fans con un mensaje ("Rezad por mí, estoy luchando mucho"), su última publicación lleva su guerra interior a otros niveles.

A los niveles de abandonar temporalmente su carrera musical... y ser padre, para ser exactos. En el ambiguo mensaje, el canadiense, ya casado con Hailey Baldwin, repasa sus últimos años con una mezcla de melancolía y olvido.

"He leído muchos mensajes diciendo que queréis un álbum", comienza el artista, quien continúa: "He estado de gira durante toda mi adolescencia y principios de mis veintitantos, y me he dado cuenta, al igual que vosotros comprobasteis, de que no fui feliz en mi último tour".

Bieber defiende que eso no es justo, para nadie. "Ni yo ni vosotros nos merecemos esto. Pagábais mucho dinero para venir y ver un concierto lleno de luces, energía y diversión, pero yo era emocionalmente incapaz de ofreceros algo así en la última etapa de la gira", matiza.

Se refiere a la gira que hizo en 2016 sobre su último disco, Purpose, que vio la luz en 2015. Y tan malos recuerdos le trae, que la siguiente parte del comunicado ha pillado totalmente desprevenidos a sus seguidores.

"He estado buscando, pidiendo ayuda, ensayo y error, como hacemos la mayoría de nosotros. Y ahora estoy muy centrado en reparar algunos de los profundos problemas que tengo para no caerme", aclaraba Bieber antes de proseguir con la gran bomba, "para poder mantener a flote mi matrimonio y ser el padre que quiero ser. La música es muy importante para mí, pero nada va antes que mi familia y mi salud".

Justo después, Bieber comienza a escribir una especie de letra de rap que se le va ocurriendo y que podría traducirse, libremente, así: "Volveré con un disco cojonudo lo antes posible; mi estilo es innegable y mi rollo indescriptible; su amor es sobrenatural, en su elegancia puedes confiar. Vivo en la cima. Punto. Sea o no un músico. Habla el rey. Y volverá para vengarse. Creedme".

Justin Bieber, tras esto, acaba el mensaje pidiendo perdón por la ortografía y la gramática y pidiendo a sus seguidores que finjan que es uno de esos textos a los que no le das más vueltas.