¿Quién era Hernán Cortés y cómo inició la conquista de México?

Matanza de indígenas en Cholula a manos de los conquistadores españoles en 1519, representada por los nativos Tlaxaltecas. Reproducción de 1773 del Lienzo de Tlaxcala original, de 1584
Matanza de indígenas en Cholula a manos de los conquistadores españoles en 1519, representada por  los nativos Tlaxaltecas. Reproducción de 1773 del Lienzo de Tlaxcala original, de 1584
Desconocido
Matanza de indígenas en Cholula a manos de los conquistadores españoles en 1519, representada por los nativos Tlaxaltecas. Reproducción de 1773 del Lienzo de Tlaxcala original, de 1584

Pocos hitos de la historia de España suscitan tanto interés y tanta división como la conquista de México. Un episodio de cuyo inicio se cumple ahora medio milenio, pero cuyas circunstancias continúan siendo motivo incluso de tensión diplomática entre el presidente de México y el monarca español.

El personaje clave de este acontecimiento no es otro que el conquistador Hernán Cortés, acusado por algunos de genocida y glorificado por otros como un aventurero que derrocó un régimen brutal obsesionado con los sacrificios humanos. Lo cierto es que al final el debate histórico es algo más complejo, especialmente frente a un proceso sobre el que existe muchísima desinformación y numerosas versiones contradictorias.

Infancia y juventud

Hernán Cortés nació en Medellín, Extremadura, en 1485, y tenía 7 años cuando Cristóbal Colón pisó por primera vez la isla de Guanahaní y comenzó el llamado "descubrimiento de América". Cortés, que se crió en una familia de la baja nobleza, recibió una breve formación en leyes en Salamanca entre los 14 y los 16 años, antes de abandonarla para perseguir una vida de aventuras.

Así, trató en varias ocasiones tanto de participar en las campañas del Gran Capitán en Italia como de embarcarse hacia Las Indias, un territorio extraño e inexplorado en el que España estaba comenzando a establecer posiciones. Finalmente, lograría este último objetivo en 1504 cuando partió hacia la isla de La Española.

Durante los siguientes siete años, se sabe que Cortés se estableció en La Española como funcionario y que volvió en al menos una ocasión a España, antes de comenzar su carrera militar a partir de 1511.

La campaña de Cuba y desavenencias con Diego de Velázquez.

La primera expedición en la que Cortés participó fue la conquista de Cuba, comandada por Diego de Velázquez. Como recompensa por sus servicios, recibió tierras en la isla e incluso llegó a ser alcalde de Santiago, aunque esta prosperidad personal no tardaría en romperse.

Una de las creencias erróneas más extendidas respecto a la conquista de México es la idea de una campaña militar organizada por la Corona española con el objetivo específico de conquistar tierras nuevas y extender el cristianismo, que coloca a Cortés como un mando militar al servicio de los reyes. Sin embargo, la realidad es distinta, ya que se sabe que la relación de Cortés con las autoridades españolas era al menos complicada y que la campaña de México fue fruto más bien de su propia iniciativa.

Así, Cortés fue detenido por orden de Velázquez acusado de conspiración previamente a su salto a la América continental, aunque en esta ocasión fue liberado. Incluso, llegó a recuperar la confianza del gobernador hasta tal punto que le fue encomendada la tercera expedición a México desde Cuba.

No obstante, Velázquez al parecer comenzó a temer de nuevo una rebelión por parte de Cortés, por lo que según refleja la crónica de Bernal Díaz del Castillo (Historia verdadera de la conquista de la Nueva España) decidió cesarle antes de que partiese.

Hernán Cortés vio peligrar su expedición, por lo que en noviembre de 1518 se adelantó al gobernador y partió antes de tiempo con alrededor de 600 hombres que había reclutado. Tras aprovisionarse en varios puertos de la zona, a principios de 1519 se dirigió hacia la península de Yucatán, en México.

Primeras conquistas: mayas y otros pueblos

Cuando finalmente Cortés arribó a las costas mexicanas, el otrora dominante y poderoso imperio maya se había fragmentado en multitud de pequeñas ciudades estado independientes, y habían abandonado muchas de sus espectaculares ciudades, como Tikal, Mayapán o Chichén Itzá casi 500 años atrás. En su lugar, el imperio azteca, o mexica, había logrado la supremacía en México y mantenía su yugo sobre otros pueblos menores, como los tlaxcaltecas o los totonecas a base de un sistema de tributos y gracias a su evidente superioridad militar.

Por ello, los primeros contactos de Cortés tuvieron lugar con algunos de estos reinos Mayas, y en particular con el de Ekab, que poseía la isla de Cozumel. Allí, tras ser llevados ante el gobernante local, los españoles exigieron que los indígenas abandonaran su religión y adoptaran el cristianismo, y procedieron a destruir los ídolos y colocar cruces en su lugar, hecho que relatan crónicas como la de Prudencio de Sandoval.

Este sería el inicio de una primera fase en la que los hombres a cargo de Cortés irían conociendo los distintos pueblos de la zona, e incluso encontrarían a dos colonos españoles supervivientes de un naufragio en 1517 que se habían integrado entre los mayas, lo que permitió que contasen con uno de ellos, Gerónimo de Aguilar, como intérprete de lengua maya. Además, en esta época tendrían lugar algunas importantes batallas, como la de Potonchán. A menudo, de acuerdo a los propios cronistas hispanos, estas comenzaron por las exigencias de los conquistadores de entrar en las ciudades mayas tras intentar estos últimos apaciguarlos con víveres y regalos.

Al mismo tiempo, las noticias de estos acontecimientos llegaban a la capital del imperio azteca, Tenochtitlán (hoy México D.F.), por lo que el emperador Moctezuma envió emisarios a encontrarse con los españoles aunque siempre negándose a conducirles hasta la ciudad. De manera simultánea, los conquistadores comenzaron a establecer importantes alianzas militares con los totonecas y los tlaxcaltecas, que estaban cansados de la opresión que ejercían los aztecas.

Paralelamente, el conflicto con Diego de Velazquez continuó su curso y se agravó cuando se conoció su nombramiento como 'adelantado' de Yucatán, lo que motivó a Cortés a enviar hombres con parte del botín a la corte española para conseguir el puesto para sí; y, por otra parte, inutilizar el resto de sus naves para evitar deserciones por parte de aquellos que se acobardasen ante su explícita rebelión frente a las autoridades en Cuba.

En el camino hacia Tenochtitlan, tuvo lugar la primera gran masacre documentada a manos de los españoles, muy superiores armamentísticamente a los pobladores locales, en la ciudad de Cholula, en la que se estima que murieron al menos 5.000 indígenas.

La derrota de los aztecas

Finalmente, a finales de 1519, la expedición de Cortés alcanzó Tenochtitlán y se produjo el primer encuentro entre el emperador azteca y el conquistador español. La comunicación fue posible gracias a la labor de la indígena Doña Marina, 'Malinche', una mujer maya que había sido entregada como esclava a Cortés en sus negociaciones anteriores con otros pueblos y que traducía del náhuatl (lengua azteca) al maya, que posteriormente Aguilar traducía al español.

Inicialmente, los aztecas creyeron que los españoles eran enviados de su dios Quetzalcoatl ('la Serpiente Emplumada'), por lo que fueron recibidos generosamente pero con temor. Sin embargo, las relaciones pronto se torcieron, cuando los soldados españoles comenzaron a temer ser asesinados, un miedo en parte fomentado por los tlaxcaltecas, y empezaron a plantearse tomar a Moctezuma como rehén.

En ese momento, cerca de Veracruz, estalló una batalla entre los totonecas y los mexicas en la que murieron ocho españoles, lo que hizo ver a los aztecas que los conquistadores no eran semidioses y que era posible combatirlos.

Ante la noticia de este enfrentamiento, Cortés tomó al emperador como rehén y exigió que los responsables del ataque fueran llevados a su presencia. Todos confirmaron que cumplían órdenes de Moctezuma y fueron quemados vivos. Hernán Cortés perdonó la vida del emperador, pero le obligó a declararse vasallo del entonces rey de España, Carlos V.

Los acontecimientos dieron otro giro con la intervención de Diego de Velázquez, que llegó al contienente a luchar contra los rebeldes, y además puso sobre aviso a los aztecas de que Cortés era un traidor a su rey y pidió que le matasen. Este movimiento obligó a Cortés a dejar unos pocos hombres de guardia en Tenochtitlan y desplazar la mayoría de sus fuerzas a combatir contra las tropas de Pánfilo de Narváez, al servicio de Diego de Velázquez. El combate duró poco y terminó con la mayoría de las tropas de Narváez uniéndose a Cortés (posiblemente incentivados por los tesoros traídos de Tenochtitlán) y Narváez regresando a Cuba.

Al mismo tiempo, la guarnición de Tenochtitlán, a cuyo mando estaba Pedro de Alvarado, perpetró una matanza en la plaza del templo de Tenochtitlán durante una de las más importantes festividades religiosas aztecas, lo que provocó una insurrección armada al regreso de Cortés. En este momento se produjo la muerte de Moctezuma, que trataba de apaciguar a su pueblo, en circunstancias que no están claras, aunque según los cronistas españoles fue a manos de los propios aztecas.

Finalmente, los españoles acabaron sitiados en el palacio de Ayácatl (el padre de Moctezuma) y decidieron huir silenciosamente durante la noche. Sin embargo, fueron descubiertos y atacados por los aztecas, que mataron a la mayoría de ellos. Según las crónicas, muchos soldados españoles se ahogaron en el lago que rodeaba la ciudad por la gran cantidad de oro que llevaban encima, y la mayoría del tesoro se perdió en aquella batalla, bautizada como la Noche Triste, el 24 de julio de 1520.

Los españoles regresaron hasta Tlaxcala, donde recibieron refuerzos y refugio por parte de sus aliados. Con nuevos efectivos tlaxcaltecas y revigorizados, los hombres de Cortés se prepararon para regresar a Tenochtitlán, recuperando las naves que previamente habían inutilizado para reconstruirlas en el lago de Tenochtitlán y sitiar así la ciudad.

El plan funcionó, y Cortés mantuvo la capital del imperio bajo un sangriento asedio durante 75 días hasta lograr su rendición. La mayoría de habitantes de la ciudad perdieron la vida y gran parte de los supervivientes fueron esclavizados; entre ellos Cuauhtémoc, sucesor de Moctezuma, que se cree que fue torturado por los españoles para obtener información sobre los tesoros aztecas, y fue finalmente ahorcado posteriormente.

Durante los siguientes años, los soldados españoles irían doblegando los restos del imperio sin encontrar nunca una resistencia equiparable, y expandirían las alianzas con algunos de los pueblos que habían vivido previamente sometidos a la autoridad azteca. Como recompensa por sus logros, Cortés sería finalmente nombrado Marqués de Oaxaca y se le encomendó el gobierno de los territorios que se descubrieran en el Pacífico, lo que le llevaría a dirigir la exploración y conquista de la Península de Baja California.

En los años 40 regresó a España, donde falleció en 1547.

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