El Sindicato considera que la gestión y coordinación en la Comunidad Autónoma de cualquier asunto relativo al Sistema de Salud "tiene la suficiente importancia y complejidad para que sea un profesional sanitario, y por qué no una enfermera, el máximo responsable y que no se utilice este puesto como 'moneda de cambio' a nivel político o partidista".

"Sirva como ejemplo de discriminación objetiva que del total de 22 ministros/as que han ocupado hasta ahora esta cartera de Sanidad nacional sólo cuatro eran profesionales sanitarios, todos ellos médicos", han añadido.

Tras hacer un análisis de las personas que han ocupado desde 1977 el Ministerio de Sanidad, el Sindicato de Enfermería ha constatado que los distintos gobiernos han optado por poner al frente del mismo, de manera mayoritaria, a profesionales de sectores tan distintos al sanitario, como el Derecho, la Economía o la Sociología.

"En la mayoría de los casos se ha utilizado la cartera sanitaria para dar un cargo de alto nivel a personas a las que el partido de turno quería agradecer los servicios prestados, sin importar si tenía un mayor o menor conocimiento de la realidad, problemas y necesidades de nuestro sistema sanitario", señalan desde la organización sindical.

Desde Satse se incide en que esta ausencia de enfermeras y enfermeros se produce también en otros cargos de responsabilidad sanitaria (direcciones de servicios de salud, centros hospitalarios) y de otros ámbitos, como el político o de representación institucional (partidos, Congreso de los Diputados, Senado).

Por ello, el Sindicato de Enfermería reclama a los partidos políticos que apuesten por las enfermeras y enfermeros "a la hora de elegir a las personas que ocuparán los nuevos puestos de responsabilidad pública y política que surgirán de las próximas elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas".

"Las enfermeras y enfermeros demuestran todos los días en el ámbito sanitario su preparación y cualificación para tomar decisiones de calado y gestionar y organizar recursos materiales y humanos, pero siguen sin tener la posibilidad, en términos generales, de hacer lo mismo en los ámbitos político y administrativo", concluye Satse.