Tras recibir la alerta del 091, los agentes llamaron a la puerta de la vivienda y el morador les dijo que no tenía ningún problema en abrirles, informa la comisaría provincial en un comunicado.

Mientras esperaban, varios policías notaron un fuerte olor a marihuana que se desprendía de una rendija que había un uno de los laterales del chalé.

Cuando el inquilino les abrió la puerta de la casa, los efectivos comprobaron que nadie corría peligro y que no había ningún arma de fuego en el interior. Sin embargo, volvieron a percatarse del fuerte olor y del calor que se desprendía el interior.

También advirtieron el funcionamiento continuo de multitud de ventiladores y observaron en la entrada varias bolsas con abono y tallos de marihuana.

Con el consentimiento del sospechoso, los policías registraron el chalé y encontraron la plantación de marihuana acondicionada en varias habitaciones del inmueble.

En dos estancias había un sistema de cultivo con ventiladores, extractores de aire y luces alógenas. En otra había instalado todos los diferenciales para el reparto de la luz en los cuartos de cultivo. Otras dos habitaciones eran utilizadas como secadero. En total, la Policía intervino más de 300 plantas de marihuana.

El detenido, un hombre de 55 años y nacionalidad española, está acusado de un presunto delito contra la salud pública y ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Benidorm.