
Un grupo de investigadores encontró en Liberia un tipo de serpiente arrastrándose por las laderas de un bosque. Como hacen normalmente, trataron de atraparla agarrandola por detrás de la cabeza con los dedos, aunque fue una mala idea.
Según el estudio publicado en Zoosystematics and Evolution, los expertos del Museo de Historia Natural de Berlín informaron de que la especie, "en aquella posición de cabeza, intentó atacar repetidamente. O bien trató de alejarse lentamente de los humanos o se enrolla bruscamente y se desenrolla, a menudo saltando distancias que equivalen a casi toda su longitud corporal, similar a las serpientes lobo del género Lycophidion".
El animal encontrado era una variante de las serpientes stiletto y presentaba una habilidad inusual con la que podía llevar a cabo una puñalada venenosa sin necesidad de abrir la boca. Al parecer, debido a los grandes colmillos que tiene esta especie, puede clavar dentro y fuera de las esquinas de sus bocas, permitiendo que puedan apuñalar de lado.
El veneno de una serpiente stiletto es potencialmente citotóxico, daña las células, y causa un dolor intenso, hinchazón, ampollas e incluso un daño importante en los tejidos. Aunque no se trata de un veneno letal, sin un antídoto, las víctimas podrían llegar a perder los dedos.
Los investigadores describieron al animal, que ha sido apodado Atractaspis branchi, como una serpiente delgada con un cuerpo moderadamente robusto y la cabeza redondeada y se une a otras 21 serpientes stiletto conocidas, la mayoría de las cuales se encuentran en África subsahariana.
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