Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la investigación se inició con la denuncia de este joven gijonés que contó que en el barrio de La Calzada, de madrugada, había sido abordado por dos hombres que le pidieron un cigarrillo y se habían colocado a sus costados de forma intimidatoria.

Cuando él se disponía a dárselo, le esgrimieron una navaja para exigirle que les entregara el móvil y el dinero. El denunciante

manifestó que se había enfrentado con sus asaltantes, iniciándose una dura pelea que le había

permitido poner en fuga a estas personas.

En la trifulca, se le había caído su teléfono móvil, valorado en más de 1.000 euros, que había sufrido daños internos y la fractura de la pantalla.

La Policía, ante las contradicciones en las que incurrió el joven en su relato, volvió a llamarle para que aclarara lo sucedido. Este admitió que se había inventado el robo para conseguir que el seguro de su móvil se hiciera cargo de la reparación o sustitución del terminal.

Según el denunciante, lo que realmente había sucedido es que iba distraído por la calle y había tropezado cuando lo estaba manipulando, lo que hizo que se cayera al suelo y se fracturara. El joven fue detenido como supuesto autor de una simulación de delito por fingir ser víctima de un delito y por poner en marcha una "injustificada" investigación policial.