El fiscal pidió ayer diez años y seis meses de prisión para cada uno de los tres jóvenes de estética neonazi acusados de agredir en marzo de 2006 a Ramón Redondo en el Actur. Les acusan de tentativa de asesinato. Ellos, por su parte, negaron su participación en los hechos y culparon a un menor, que ya fue condenado en octubre de 2006.

La defensa de los tres jóvenes, que son mayores de edad, pide cinco años de prisión por un homicidio en grado de tentativa, y la acusación particular, doce años.

Las declaraciones de los acusados fueron contradictorias. Mientras uno de ellos afirmó que agarró a la víctima para detener el ataque, los otros dos le culparon precisamente a él de la agresión. Además, dos de los tres inculpados negaron ser de ideología neonazi, aunque el tercero (una chica) afirmó tener una ideología «nacional socialista, que no es violenta», dijo

Javier Notivoli, abogado de esta última acusada, pidió al tribunal que se tuviera en cuenta el grado de participación en los hechos a la hora de las penas, ya que «era sólo una niña de 18 años».

Por su parte, la abogada de la víctima, Carmen Cifuentes, destacó que «el componente de violencia gratuita es claro», y que la declaración de su cliente es «absolutamente contundente».

Ramón Redondo aseguró en la vista que ya no va «tranquilo por la calle», y que sólo desea que no le pase nunca más a nadie lo que le pasó a él. El juicio quedó ayer visto para sentencia.

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