La actuación arrancó cuando agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de Vinaròs (Castellón) se percataron de la localización de una caseta de campo en la que se encontraban más de una treintena de perros, informa el instituto armado en un comunicado.
Los canes estaban atados con cadena individualmente al lado de un bidón de hierro, junto a diferentes restos de comida como pollos e incluso restos de una oveja, todo esparcido por la superficie.
Tras una batida por el lugar y reconocer la zona,los guardias civiles contabilizaron los canes y las situaciones en la que se encontraban. Es ese momento localizaron un perro de raza podenco ibicenco, atado con una cadena a un árbol y con evidentes síntomas de desnutrición, al percatarse de que tenía los huesos de la cadera con demasiada facilidad y necrosis en una pata trasera.
Tras las pesquisas, el propietario de los canes fue identificado y localizado. Al parecer, utilizaba los animales para fines cinegéticos (caza).
El dueño fue instado a que trasladase al perro hasta un centro veterinario de la localidad para su tratamiento de forma urgente en compañía de los efectivos del Seprona.
Fue investigado como supuesto autor de un delito a la protección de la flora, fauna y animales domésticos. La Guardia Civil ha levantado actas denunciando las irregularidades administrativas observadas en materia de animales de compañía ante la Consellería de Medio Ambiente. Las diligencias han pasado al Juzgado de Vinaròs.
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