Un equipo de la Universidad de Almería (UAL) formado por un grupo de investigación básica en neurociencia y por un grupo de profesionales de la educación y psicología está desarrollando un programa piloto, basado en las nuevas tecnologías, que tratará de prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes.

El proyecto se basa en una investigación básica con ratones adolescentes, que pretende demostrar los cambios químicos que se producen tras la ingesta de alcohol. Además, según explica Inmaculada Cubero, investigadora responsable del programa, "se han utilizado patrones de consumo cíclicos, unos serie de días no se consume y otros sí, ya que tratamos de imitar el consumo de alcohol masivo durante los fines de semana".

Hasta ahora se ha estado trabajando durante un año en esta línea y se ha llegado a algunas conclusiones que "ya se conocían como que el alcohol tiene efectos diferentes en el cerebro de los adultos y en el de los adolescentes, siendo en éste último mucho más devastador".

Por todo ello, el equipo de la UAL está preparando en la actualidad un software, que sea funcional e interesante para ser utilizado en las aulas y que, además de informar, ayude a cambiar las actitudes y comportamientos de los jóvenes. En este sentido, Cubero señala que "la originalidad de lo que hacemos es que estamos organizando un conocimiento en módulos, en soporte online y a través de un diseño atractivo"

En ello coincide otro de los implicados en el programa, Jesús de la Fuente, investigador del área de Psicología de la Educación, quien comenta que las actividades que se están diseñando, "aunque están determinadas, son novedosas, ya que aportan información conceptual, información de los efectos del alcohol en el cerebro del animal y humano, así como ayuda para una autorregulación personal".

Básicamente a través de este programa lo que se ofrecerá será una serie de recursos básicos para que sepan cómo salir de la presión del grupo de amigos, que es la que los lleva a la iniciación en el consumo de alcohol. Para esto, por ejemplo, se proponen actividades a desarrollar en un grupo de alumnos, "donde los propios chicos asumen un rol e intentan salir de una situación en la que no quieren beber con la ayuda de sus propios compañeros".

En esta línea, Cubero comenta que "usualmente en los grupos la presión activa la ejercen uno ó dos personas, mientras que hay ocho que no se atreven a decir nada. Si uno da el paso y dice no a la bebida, los otros ocho se sentirán con fortaleza para decir también no". Para la investigadora "es sorprendente que el hecho de que no hay tantos niños adolescentes que realmente quieran beber".

El desarrollo de este programa se encuentra aún en una fase intermedia. Después de la creación del software se pasará a la prueba del mismo en tres institutos de la provincia de Almería, que a la vez comprobará un equipo de expertos, utilizando cuestionarios y otras actividades de chequeo en la población de estudio.

Concluida la evaluación del programa se pasará a su exportación. Primero se traducirán los contenidos, y posteriormente se pondrá en marcha en Inglaterra y en Estados Unidos, aunque esto no será antes de tres años, según informan desde la UAL.

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