El objetivo, digno de la película Armaggedon, no puede ser más complicado. Ayer se lanzó una sonda contra el cometa –el impacto está previsto para hoy– para reventarlo (o hacerle al menos un gran agujero) y escudriñar después su composición con la finalidad de saber algo más acerca del origen del sistema solar.
Material sin procesar
La idea es que el impacto ponga al descubierto el material que se encuentra bajo la superficie, un material ‘fresco’ y sin procesar que representaría la composición inicial de nuestro sistema planetario. El choque está previsto para las 7.52 h (hora española) de esta mañana y la expectación es máxima: una flota de telescopios, incluido el Hubble, y de sondas estarán pendientes; y para no perder detalle la NASA ha activado incluso un satélite que había apagado hace 11 meses. En España analizarán los datos que lleguen el Centro Europeo de Astronomía, en Madrid, y la estación Óptica Terreste de Tenerife.
Con respecto a qué pasará, los científicos dudan: para unos, el cometa ‘se comerá’ a su atacante; otros creen que un cráter como un estadio expulsará un enorme chorro de gas y polvo. La sonda, que será lanzada a sólo 500 km del cometa, estrellará sus 370 kilos a 36.000 km/h. Otra sonda, la Rosetta, observará el núcleo congelado del Temple 1 en tres órbitas completas, antes y tras el impacto.
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