Todos los partidos vascos, con la excepción del éxito del PSE-EE, han visto como sus en otro tiempo votantes cambiaban en esta ocasión de voto y sus escaños bajaban o incluso desaparecían, como el caso de EA en Guipúzcoa.

También EB-Berdeak, aunque sin escaño, ha perdido 50.102 sufragios, la mitad. Así que ayer, tras el disgusto de la noche electoral intentaron justificar sus respectivos resultados. La bipolarización entre PSOE y PP, y el impacto del asesinato de Isaías Carrasco fueron los argumentos más esgrimidos.

La pérdida de un escaño y 120.000 votos, lleva al PNV a mirarse en el espejo y ya anunció la necesidad de "reflexionar serenamente". Por la tarde, se reunió su máximo órgano, el Euskadi Buru Batzar, (EBB) para comenzar ese psicoanálisis que les deberá preparar para remontar en las elecciones autonómicas.

Así, lo reconoció Andoni Ortuzar, presidente del PNV vizcaíno, como hiciera la misma noche electoral el burukide Iñigo Urkullu. El cabeza de lista por Vizcaya, Josu Erkoreka, pidó a los socialistas vascos que pongan sus votos "al servicio de un proceso de normalización política en Euskadi".

El PP, por su parte, que ha perdido 29.000 votos y un escaño, en boca de su presidente vizcaíno, Antonio Basagoiti, se refirió al PNV, del que dijo que el Plan Ibarretxe y sus acuerdos con la izquierda, en referencia a EB, le han llevado al "hoyo".

Con la pérdida de su escaño, EA se consuela diciendo que los resultados no son extrapolables a las autónomicas. Y que "trabajará el doble". Una de las primeras decisiones tras analizar sus resultados puede ser romper los pactos que mantiene con el PNV en algunos ayuntamientos, según anunció su secretario general Mikel Irujo.

La izquierda abertzale se atribuye la abstención del 35% de los vascos que no fueron a votar. La portavoz de ANV Arantza Urkaregi así lo hizo. «Ha servido para que miles de ciudadanos» se hayan plantado. Pero, es casi imposible medir el apoyo logrado por el mundo de Batasuna. Sólo sirven las aproximaciones.

El 35% de los vascos no votó; once puntos más que en el resto de España y diez sobre la tasa de las generales de 2004, cuando pidieron el voto nulo y obtuvieron el 7,69% de los sufragios y hubo un 25% de abstención.

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