En concreto, la cigüeña común está incluida en los listados de especies protegidas tanto Nacional como Autonómico, bajo la categoría de Régimen de Protección Especial, lo que significa que está protegida. A nivel general, la especie es abundante en España y no está amenazada de extinción, pero, hace unas décadas, sí que estuvo mucho más amenazada por la destrucción de los humedales y de sus nidos.

El concejal de Medio Ambiente, Marcos Antonio García, ha indicado que la cigüeña, "además de su valor ecológico, presenta un elevado valor cultural por su proximidad al hombre, por sus movimientos migratorios y por formar parte de las tradiciones y cuentos populares". El hecho de nidificar en los edificios históricos como

iglesias y castillos la han convertido "en una de las aves más populares del ámbito rural".

Por este motivo, el Ayuntamiento ha extremado la cautela a la hora de instalar el nuevo nido. Para ello, antes se retiró el que estaba en mal estado, ya que podía dañar tanto al edificio de la iglesia como provocar algún daño personal si se llegaba a caer. En este sentido, según la explicación del edil, los nidos van acumulando palos y ramas conforme pasan los años, pueden resultar peligrosos si se desploman y caen al suelo (pueden pesar muchísimos kilos) así como dañar la estructura de los edificios.

La cigüeña es una especie migratoria, que se suele ir a final del periodo reproductor en septiembre, aproximadamente, y que regresa en el comienzo de la primavera biológica (en febrero). En las últimas décadas, debido al aumento de la alimentación en muchos puntos de España o bien por la modificación de las temperaturas por el cambio climático ha hecho que muchos ejemplares se queden.