Feliz, inmensamente feliz, y con el alivio que se siente cuando después de tres años de litigio se logra aquello por lo que tanto se ha luchado. Así se siente Borja Brañanova tras conseguir que la justicia de Dubái haya aceptado la custodia compartida en el proceso de divorcio con su exmujer. Este asturiano, residente en el emirato desde hace quince años, ha hecho historia, al tratarse de la primera vez que un país árabe permite que unos niños puedan estar con ambos progenitores en igualdad de condiciones.
La decisión adoptada por el alto tribunal no resuelve sin embargo la posibilidad de que Sebastián, de cinco años, y Olaya, de tres y medio, puedan viajar a España. La madre tiene solicitado un bloqueo de las fronteras para que el padre no salga de Dubái con los pequeños, medida contra la que él seguirá luchando. "La intención es entrar y salir regularmente por los motivos que sean, sin impedimentos ilógicos, después de que el matrimonio esté administrativamente disuelto", afirma en una entrevista con este diario.
¿Cómo se siente tras la decisión del Tribunal de Casación?
Es un descanso y una felicidad inmensa el saber que esta decisión elimina la interposición de barreras a que mis hijos estén en compañía de su madre y mía y en consecuencia en contacto permanente con sus dos familias. Esto de momento solo es aplicable cuando todos estemos dentro de Emiratos Árabes Unidos. Casación por otro lado ha desestimado nuestra solicitud reiterada de implementar en la resolución final un plan parental para así resolver la prohibición sistemática de que viajen a España. Como aquí somos todos (hijos y padres) residentes extranjeros, la intención es entrar y salir del país regularmente por los motivos que sean, sin impedimentos ilógicos, después de que el matrimonio esté administrativamente disuelto.
¿Cómo valora que por primera vez la justicia de un país árabe haya aceptado la custodia compartida?
La valoración es muy positiva y el resultado futuro de esta decisión está todavía por conocer. Al producirse en Dubái, la repercusión en el mundo árabe es automática. Su influencia en la zona MENASA (Oriente Medio y Norte y Sur de África) es un hecho. Para que tengamos idea de la magnitud de lo que estamos hablando, el mundo árabe está constituido por más de 400 millones de personas, en MENASA viven más de dos billones y un cuarto de la humanidad practica la fe islámica.
¿Cree que su caso servirá para que la custodia compartida se abra paso en los países islámicos?
Sin duda esta custodia es una esperanza para muchos progenitores que se ven arrastrados a situaciones inverosímiles y que en los países mencionados son muy comunes. En Dubái he conocido a muchos padres y madres desalentados por la parcialidad del sistema, que de una forma inesperada se inclina por apoyar a una u otra parte, pero que no entiende que al que hay que apoyar es al menor y debe prevalecer su interés por encima de cualquier otro. Un desarraigo parental acarrea un daño irreparable en el desarrollo emocional de niños. Yo tengo mucha confianza en Dubái porque en mis quince años como residente he percibido un liderazgo muy dirigido a evolucionar de una forma lógica y, en un lugar tan geográficamente reducido, donde se fomenta el asentamiento extranjero, es de esperar que la custodia compartida mejore la calidad de vida de muchos afectados por custodias absolutas y regímenes de visitas impedidos, interrumpidos regularmente o insuficientes.
¿Qué alegaciones se presentaron para lograr que el tribunal de segunda instancia aceptase aplicar la legislación española?
Debo decir que la primera instancia intento aplicar la ley española, pero lo hizo de una forma errónea. El sistema judicial de Dubái utiliza esta instancia casi a modo de trámite intermedio y la sentencia ejecutable es el resultado de la apelación. En segunda instancia, la alegación principal fue solicitar la revisión de toda la documentación entregada dentro del marco de una disolución matrimonial civil, insistiendo en el hecho de que era un asunto totalmente civil que deberían resolver según los criterios internacionales como juzgado competente. La última instancia, Casación, no revisa el caso. Solo revisa que la ley utilizada se aplicó correctamente, además de velar porque se respete su orden público, lo que han confirmado dando el caso por finalizado sin modificar la custodia ya determinada en el Tribunal de Familia.
Ganada la batalla de la custodia compartida queda la de lograr que se le permita salir de Dubái con los niños. ¿En qué situación está ese asunto?
De momento sigue todo bloqueado, con tres negativas para que los niños viajen a España. El país de su madre, Sudáfrica, ya lo han visitado dos veces recientemente lo que demuestra una clara desigualdad y además una discriminación que hemos denunciado a todos los niveles.
¿Qué alega la madre para haber pedido esa prohibición?
Prefiero que todo esto se mantenga en privado en tanto en cuanto no se resuelva, ya que tenemos que dar al sistema judicial de Dubái la oportunidad de auto corregirse y centrarse en cumplir efectivamente con los acuerdos y tratados firmados a este fin. El más relevante, la Convención sobre los Derechos del Niño. Los jueces de esta nación tienen una función muy delicada que debemos elogiar y por ello basan todas sus decisiones en el cumplimiento de la ley utilizando los procesos que conocen y los medios que tienen a su alcance, motivo por el cual están más cómodos dando toda la responsabilidad (que no la razón) a una parte y no a dos. En mi opinión es el legislador el que tiene que actualizarse para evitar que los jueces se vean obligados a adoptar medidas que les competen y que les dictamina su sistema judicial.
¿Tiene esperanzas de que la decisión del tribunal de casación desbloquee ese tema?
Nunca he perdido la esperanza a lo largo de estos años de ser capaz de asegurarles a nuestros hijos el contacto regular y la convivencia con sus dos familias y culturas, a pesar de que nadie creía que fuese posible una resolución en esa dirección por falta de precedentes y por haber muchos casos anteriores que se desestimaron con razones muy preocupantes y no admisibles para los occidentales. El tribunal de Dubái que regula la entrada y salida del país de los menores en casos de conflicto entre las partes es el tribunal que ha aprobado la custodia compartida y por ello, aunque serán otros jueces los que decidan, esperamos que se actualicen y comiencen a apoyarse en esta jurisprudencia histórica para razonar sus futuras decisiones al respecto.
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