Según ha indicado el Ayuntamiento en una nota, los vehículos han sido puestos a disposición de la autoridad judicial y los conductores se enfrentan a sendos delitos contra la seguridad vial por exceso de velocidad, ya que ambos superaban en 60 kilómetros la máxima permitida.

En este sentido, ha recordado que por ello se les podría imponer penas de tres a seis meses de privación libertad, multa de tres a seis meses, trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días y retirada del permiso de conducir de uno a cuatro años.

Finalmente, la Policía Local ha recordado que conducir a una velocidad excesiva -por encima del límite establecido- o inadecuada -dentro de los límites pero sin ajustarse a las condiciones de la vía- supone un peligro, ya que es el componente fundamental que determina la mayor o menor incidencia en la siniestralidad vial, la gravedad y el grado de lesión de las víctimas en caso de accidente de tráfico.