Pinos, alisos, sauces, fresnos, chopos y abedules "daban sombra" en la Peña del Moro (Segovia) en la Edad del Bronce

  • Los estudios llevados a cabo por el equipo de investigación que excava en el castro prehistórico de la Peña del Moro de Navas de Oro (Segovia) han determinado un entorno arbolado protagonizado por masas de pinos resineros y en menor medida por pinos piñoneros, reclamando el carácter autóctono del monte pinariego.
Pinos, alisos, sauces, fresnos, chopos y abedules 'daban sombra' en la Peña del
Pinos, alisos, sauces, fresnos, chopos y abedules 'daban sombra' en la Peña del
EUROPA PRESS
Pinos, alisos, sauces, fresnos, chopos y abedules 'daban sombra' en la Peña del

El bosque de galería dispuesto al pie del yacimiento estaría protagonizado por alisos, sauces, fresnos, chopos y el desaparecido abedul, según se desprende de estos estudios que se han realizado en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Los investigadores han realizado varios análisis sobre muestras de pólenes recogidos en diferentes contextos arqueológicos y que han permitido reconstruir el aspecto del ecosistema forestal durante la Edad del Bronce y I Edad del Hierro en este sector del Valle del Eresma.

"Gracias al impulso del Ayuntamiento de Navas de Oro y al Servicio Territorial de Medio Ambiente de Segovia, hemos podido dar un paso de gigante en el conocimiento del entorno natural que rodeaba a las gentes del 'Moro' hace 3.500 años", señala el director del proyecto, Raúl Martín Vela a Europa Press.

Los resultados revelan que, durante la Edad del Bronce, el entorno mostraba un aspecto arbolado protagonizado por masas de pinos resineros y en menor medida por pinos piñoneros, reclamando el carácter autóctono del monte pinariego. El bosque de galería dispuesto al pie del yacimiento estaría protagonizado por alisos, sauces, fresnos, chopos y el desaparecido abedul.

Además, la representación de pólenes de cereal refleja la vocación agrícola de las gentes de la época, así como su desarrollo no en el entorno directo, pero sí en las proximidades, por lo que Martín Vela señala que se puede vincular este hecho a la existencia de poblados, muy posiblemente dependientes de la Peña del Moro, que surtían de alimento a los moradores del castro segoviano, y que revela el papel preponderante que este yacimiento debió de ejercer sobre las aldeas del entorno como un núcleo vertebrador.

Pero, además, durante los primeros compases de la I Edad del Hierro, hace unos 2.800 años, se observa un retroceso del paisaje forestal pinariego, relacionado con la llegada de un "repentino y abrupto cambio climático", con temperaturas más bajas y un aumento de las lluvias.

"Los análisis realizados por los compañeros del CSIC permiten describir el entorno del yacimiento muestra en esas fechas, observándose un acusado descenso de los pinares en favor de las tierras de labor, motivado tanto por el cambio climático como por la presión que los rebaños ejercen sobre las masas de pinar, obligando a los nuevos moradores a cultivar en escasos metros del yacimiento, donde los terrenos son netamente arenosos y menos productivos, pero con mayor capacidad de drenar el excedente de agua de lluvia que debía de anegar las parcelas que tradicionalmente habían estado cultivando en épocas anteriores", puntualiza el director del proyecto.

Unos proyectos de investigación que vienen a confirmar la "riqueza" del patrimonio arqueológico y medioambiental de estos pueblos que demuestran la capacidad del ser humano de adaptarse al medio a lo largo del tiempo, a la par que reivindican el autoctonismo del Mar de Pinares desde la Prehistoria.

"Es una suerte poder contar con el sostén de la administración local que no ha dudado en sufragar y apoyar estos estudios, ya que nuestro deseo es continuar teniendo el soporte de instituciones como, en este caso, del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Segovia en la realización de nuevos y muy necesarios análisis en el yacimiento de La Peña del Moro", concluye.

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