Unos desconocidos han destrozado el mural 'La Manada' que hay a la fachada del Ayuntamiento de Olot y dónde aparecen representantes el rey, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Casado i Santiago Abascal a caballo.

La obra ha aparecido esta mañana con un gran corte a la parte inferior. La iniciativa artística, impulsada por la Asamblea Artistas de la Garrotxa, es obra de Quim Domene y busca vincular la situación de Cataluña con la reivindicación del 8-M. El PP ha exigido la retirada y el PSC ha asegurado que "pone en riesgo la convivencia".

El alcalde, Josep Maria Corominas, por su parte, dijo que la obra se enmarca en "la libertad de expresión" y que no actuarán.

El Ayuntamiento de Olot ha identificado el responsable que dañó el mural 'La Manada'. El teniente de alcalde, Pep Berga, ha explicado que el consistorio ha iniciado los trámites para multarlo, en cumplimiento de una ordenanza municipal de civismo. "Tenemos que recordar que el mural tenía la autorización de uso del espacio público", ha remachado Berga.

El responsable de la acción se enfrenta ahora a una posible sanción de hasta 3.000 euros, según la normativa. Berga también ha recordado que el arte sirve para "provocar reacciones" en los ciudadanos y voz el mural como un acto de "reivindicación y denuncia" por parte del Colectivo de Artistas.

De hecho, el Colectivo de Artistas de la Garrotxa ha lamentado en un comunicado "el ataque vandálico" contra la obra de Quim Domene y dicen que la mantendrán. El colectivo se tiene que reunir para decidir si la deja tal como está o bien la repara, pero asegura que la pieza continuará expuesta hasta final de mes a la fachada del Ayuntamiento, tal y como estaba previsto.

Los artistas también critican la polémica generada alrededor de la obra y denuncian "intentos de prohibición y censura" por parte de partidos políticos que "no son ninguna respuesta ante los derechos fundamentales de una sociedad libre, donde la discrepancia tendría que ser respetada y no perseguida".

Berga también ha explicado que corresponderá a los artistas decidir si mantienen o no la obra como está y si consideran que es una "interpretación artística". "El Ayuntamiento se limita a hacer cumplir el que está establecido a la normativa de civismo", ha señalado.