Un hombre entró el pasado martes en una casa de colonias de Canet de Mar (Barcelona), en la que viven unos 50 menores extranjeros no acompañados, los llamados menas, armado con un machete. Los hechos tuvieron lugar poco antes de las cuatro de la tarde, según han explicado los Mossos d'Esquadra, que detuvieron al agresor por amenazas.

A pesar del susto no hubo ninguna persona herida y el detenido ha quedado en libertad con cargos tras declarar ante el juez. Desde el Ajuntament lamentan que no se trata de un hecho aislado y la alcaldesa, Blanca Arbell, explica que grupos "malintencionados" con "ideologías no muy democráticas" quieren generar una "alarma ficticia" por la presencia de los jóvenes.  Arbell asegura que los datos policiales demuestran que no tienen relación con ningún hecho delictivo en el pueblo.

Hay gente "malintencionada", asegura, que dice "mentiras y barbaridades" en las redes sociales sobre los menas alojados en el municipio. Para Arbell, este es uno de los motivos que provocó el martes que otro joven del municipio quisiera "tomarse la justicia por su mano" e intentase atacar a los menores no acompañados: "Se está creando una alarma innecesaria y ficticia".

Arbell reta a los que critican a los jóvenes a denunciar hechos concretos ante la policía, ya que, ahora, asegura, no hay ninguna presentada ante la Policia Local. "Se mueven por el pueblo como cualquier otro grupo de adolescentes y por el solo hecho de verse juntos ya se crean una alarma para vecinos de ideologías no muy democráticas", ha dicho.

El gobierno municipal se reunirá este miércoles para analizar la situación, mientras que la Generalitat ya ha anunciado que se presentará como acusación contra el agresor en defensa de los derechos de los niños, según ha informado el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies.

"Los acusan de todo lo que pasa sea verdad o no, pero con las cifras policiales en la mano vemos que los robos en domicilios no tienen nada que ver con ellos", asegura Arbell. La alcaldesa denuncia que se quiera crear un entorno de crispación alrededor de los jóvenes por el simple hecho de hacer vida en el pueblo.