La revolución masculina para deconstruir el machismo

Huelga feminista.
Huelga feminista.
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Huelga feminista.

Muchos hombres apoyarán esta semana a las mujeres para que celebren el 8M en la calle porque son conscientes de que su revolución tiene que ser externa, y la de ellos, que está pendiente, debe ser hacia dentro para socializar su género desde una perspectiva feminista y deconstruir la masculinidad más tradicional.

Ese es el objetivo de los miembros de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige): "Deconstruir las partes de la masculinidad que pueden hacer daño a los propios hombres y al entorno que los rodea", según Pablo Llamas.

Llamas, miembro de la asociación, es consciente de la necesidad de que los hombres den el paso de hacer ese trabajo interior para conseguir alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres, objetivo que persigue el movimiento feminista al que defiende y que se dejará escuchar en el Día de la Mujer.

"Ese día los hombres no tenemos que ocupar el espacio público, ya lo tenemos ocupado. Tenemos que ocupar otros en los que no estamos, como el de los cuidados a los pequeños, a las personas mayores, los espacios domésticos... Y tenemos que ceder el espacio de las mujeres que estamos ocupando en lo público", comenta Llamas.

Eso lo harán especialmente el 8M, el Día de la Mujer en el que ayudarán a los colectivos femeninos para que puedan hacer huelga.

"No se trata de liderar la huelga, sino todo lo contrario, de apoyar a las mujeres para que paren y pare el mundo", según este miembro de esta asociación de hombres igualitaria.

Y para ello se reúnen en grupos, normalmente una vez al mes, en los que no tienen que competir, en los que hablan y escuchan cómo se sienten y plantean aspectos desde el punto de vista emocional, no desde el racional.

Pablo forma parte de uno de los grupos en los que se cuestionan los estereotipos de género asociados a la masculinidad y se revisa la experiencia de ser hombres a través de un proceso de cambio con el que pretenden contribuir a la transformación social.

Ahige nació en Málaga en 2001 a partir de la experiencia de un grupo de hombres que se planteaban si estaban cómodos de acuerdo con la forma más tradicional de ver la masculinidad.

Se cuestionaban los privilegios de ser hombres y reflexionaban sobre la base del pensamiento feminista porque son feministas, luchan por la igualdad real entre hombres y mujeres, pero tienen un trabajo específico con hombres. "Tenemos que recolocarlos y ver cuál es nuestra parte en este movimiento", comenta.

Ahora la asociación está en varias provincias y a los grupos les une su deseo de promover formas de ser de hombres en las que se reconozcan su mundo emocional, el buen trato y los cuidados.

"La socialización de género masculina siempre ha estado vetada. Te empujan para que seas autónomo pero también te castran de alguna manera emocionalmente y en las relaciones a ese nivel", dice Pablo, participante en uno de los grupos abiertos y gratuitos de la asociación. Grupos de seis a doce personas que ya llegan a la asociación "bastante concienciados" y con un trabajo previo de análisis porque, según Pablo, "cuando te interesas hay algo que se te ha removido y ciertas cosas ya has cambiado".

Pero la asociación también se plantea ir interviniendo en los hombres que no se han planteado estas cuestiones y que son la mayoría. Hombres que entran en crisis de la masculinidad porque, por ejemplo, se han quedado en paro: "En el ideario social, un hombre sin trabajo es como un medio hombre", dice.

Cuando una persona está en este tipo de crisis, "poder trabajar y dar respuesta a través de la socialización de género facilita mucho que empatice con la discriminación sistemática que ha estado sufriendo la mujer porque de alguna manera él está sufriendo la consecuencia de esa discriminación".

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