Está siendo una etapa difícil en la vida de Ivonne Reyes. Se acaba de operar de un tumor, del que ha asegurado que ha salido "bien", tuvo que recibir muchas críticas por sus retoques de cirugía estética y, claro, siempre,siempre, Pepe Navarro.

En una larga entrevista concedida a la revista Lecturas, la modelo venezolana nacionalizada española desvela todos los secretos de una relación abocada al desastre.

Resalta cuando describe un intento de suicidio: "Me sentía controlada y manipulada. No lo he contado nunca, lo digo ahora porque mi madre no vive. Me vine abajo. Le llamé por teléfono y le dije que no podía más, que me había tomado un bote de pastillas. No quería vivir. Tenía una desilusión, un bajón terrible".

Cuenta que Pepe Navarro fue entonces a su casa, la recogió la dejó en el hospital para que entrara y llamó a su hermano. "Me salvaron la vida por muy poco", asegura, "le dijeron a mi hermana que entré casi inconsciente".

Reyes afirma que ha sido víctima del machismo de la sociedad, que entiende a las mujeres que dicen que han tenido "una relación dañina". "Antes le tenía rencor y ahora me es desagradable. Me parece una persona sin principios, sin escrúpulos", opina sobre su expareja, a la que creyó cuando le decía que no había otra mujer.

Y revela que abortó dos veces. La primera vez: "Cuando se lo dije me trató con mucho tacto pero le fue dando la vuelta a la situación. 'No es el momento, más adelante sí'. Yo soy antiaborto. Estábamos muy enamorados. No pensaba en nada más".

Fue sola a una clínica que él le recomendó donde "el dolor de alma y físico fue horrible". El segundo aborto fue en Ámsterdam y volvió a ir sola al hospital.

"Pepe se quedó en un bar. Al recuperarme, fui a buscarle y se estaba tomando un whisky. Ahí se me empezó a caer la venda", recuerda. Según ella, el presentador le aseveraba que tendrían un hijo, pero que nunca era el momento.

Aunque llegó. Ivonne Reyes esperó al cuarto mes de embarazo para decírselo y que ya no se pudiera practicar el aborto. Habían roto y ella había tenido "vida de soltera", pero está segura de la paternidad de su hijo Alejandro.

"Hay amores que matan. Estuvimos juntos en mi ático y me quedé embarazada", aunque, como afirma de su relación tóxica con él, si le hubiera pedido que abortara por tercera vez, "habría dicho que sí".

Porque incluso 18 años después, volvieron a besarse. Asegura que no falta la química, que es como La guerra de los Rose.  "Algunos juzgarán, pero a estas alturas me da igual".

Y lo dice porque para ella lo más difícil ha sido decirle a su hijo que su padre no le quería. "El acercamiento con su padre le ha hecho mucho daño, lo ha pasado muy mal", defiende a Alejandro.

No le hacen falta pruebas de paternidad. "Él es capaz de todo", sentencia. Sobre aquella ocasión en la que se publicó que no era el padre, rememora: "A ese medio le gané una querella por ese titular. Dejó que su hija y su exmujer lo hicieran. Las muestras no eran válidas y el juez no abrió el sobre".

Lo guarda todo en diarios, hasta el porqué no ha vuelto a la televisión: "Dijo que no iba a descansar hasta que no me fuera del país. Cada vez que me llaman [para trabajar] se caen los programas. Tiene muchos contactos y más edad que yo".