Así, en 2018 el salario medio nominal en Castilla y León creció en 2018 hasta alcanzar los 1.495 euros mensuales, su cifra más elevada desde diciembre de 2012, pero si se tiene en cuenta la inflación y el poder de compra del salario medio castellanoleonés, éste sigue perdiendo poder adquisitivo, aunque de forma más moderada.

Si el año pasado esa pérdida era de un dos por ciento, ahora lo es de un 1,9, equivalente a 350 euros anuales, de acuerdo con las mismas fuentes.

La reducción del número de parados de larga duración vivida el último año en Castilla y León contribuye al aumento de la proporción de parados con prestación por desempleo (un 62,3 por ciento de ellos recibe este subsidio, un siete por ciento más), al tiempo que se incrementa la siniestralidad laboral, que ha crecido un 6,9 por ciento interanual.

A finales de año se han creado en la autonomía 25.000 puestos de trabajo (un 2,6 por ciento más interanual). De ellos, 18.500 han sido empleos de cualificación media o baja (+2,7%) mientras que los restantes 6.500 han sido puestos de alta cualificación (+2,4%).

CONTRATOS A TIEMPO PARCIAL

La proporción de ocupados a tiempo parcial es de un 15,5 por ciento en Castilla y León, lejos de otros países de la Unión Europea, donde la importancia del empleo a tiempo parcial es mayor. En Holanda, la mitad de la población trabaja a tiempo parcial, mientras que lo hace un de cada cuatro en países como Austria, Alemania, Reino Unido o Dinamarca. La media de la Unión es un 20,2 por ciento y la de España, un 14,6.

En Castilla y León, el teletrabajo beneficia al ocho por ciento del total de ocupados, cuatro décimas más que un año antes y la quinta mayor proporción entre las autonomías. Son 79.000 trabajadores los que acceden a la posibilidad del teletrabajo en la región, es decir, uno de cada doce.

En cambio, también es una de las tres autonomías que han visto aumentar su número de huelgas, con un incremento anual de un 54 por ciento (el mayor del país) que eleva su número de conflictos a 13,3 cada 100.000 empresas.