Consejos para limpiar tu sofá según el tipo de tela

No puedes tratar de la misma forma la piel que la lana.
No puedes tratar de la misma forma la piel que la lana.
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No puedes tratar de la misma forma la piel que la lana.

En torno al sofá se celebran los grandes acontecimientos familiares y amistosos: cine en casa, cenas alternativas, tardes de conversación, sesiones de series, celebraciones especiales... Y muchas de estas celebraciones se combinan con comida y bebida, de modo que uno de los muebles más difíciles de limpiar, a menos que dispongas de una funda de quita y pon que pueda meterse a la lavadora, está a menudo expuesto a cientos de manchas, bacterias y ácaros. Ni qué decir tiene si, además, se tienen mascotas en casa. ¿Cómo asegurarse de que este espacio común del hogar esté siempre listo tanto para las visitas como para una tarde casera y relajada?

Para empezar, el cuidado habitual debe pasar por la aspiración y el cepillado, siempre con cuidado de no dañar el tejido. De esta forma se eliminan migas, pelusas, ácaros y pequeñas partículas, reduciendo así la exposición a malos olores o la afección de alergias.

¿Qué sucede con las manchas? El principal problema del sofá es que sin una funda lavable a máquina la aplicación debe hacerse directamente sobre la tela del mueble, por lo que toca frotar bien y tratar de trabajar todas las zonas de la tapicería de la misma forma. Sin embargo, es el tipo de tela el que dicta el tratamiento, puesto que no se pueden trabajar de la misma forma la microfibra, la lana, la lona, el cuero, el algodón o el terciopelo. ¿Cómo?

  • Microfibra: agua fría y jabón. El proceso es sencillo, hay que frotar las manchas con el trapo húmedo, habiendo retirado el exceso de agua para evitar que la tela la absorba demasiado.
  • Lana: agua fría y champú o jabón. Tras sacudir en lo posible y aspirar la superficie, frota las manchas con una solución de agua fría y jabón. Asegúrate de que eliminas con agua el jabón y seca inmediatamente con otro paño el tejido. También puedes aplicar un paño sobre la mancha para que absorba lo posible asegurándote de no frotar para no esparcirla por la superficie. Después, aplica bicarbonato de sodio durante media hora y aspira la zona afectada.
  • Lona: agua fría y detergente o agua y bicarbonato. La lona es una tela fuerte que resiste bien el cepillado. Sumerge un cepillo en la solución de limpieza y frota las partes complicadas hasta retirar la mancha.
  • Piel: cepilla con un cepillo para cuero y limpia con un paño húmedo utilizando agua destilada y jabón.
  • Algodón: puedes probar con bicarbonato y agua fría. El algodón, como la lana, son fibras naturales y el agua caliente puede estropearlas, encoger la tela o hacer que pierdan color. Aplica la pasta que se forme de mezclar bicarbonato y agua y dejar actuar unos minutos antes de retirarla.
  • Terciopelo: esta tela es muy delicada. Puedes utilizar vinagre blanco y agua tibia y frotar en el sentido en el que nacen las fibras con un cepillo de cerdas suaves. Tras el cepillado, mezcla el agua templada y unas gotas de jabón y aplícalos con un paño sobre las manchas. Si no quieres utilizar vinagre puedes seguir el mismo proceso sustituyéndolo por sal y amoníaco.

Si tienes dudas sobre cómo reaccionará la tela de tu sofá a la mezcla, lo mejor es que pruebes primero en alguna esquina.

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