La sequía sigue haciendo estragos en las reservas de agua de la Cuenca del Ebro y hace peligrar cada vez más la campaña de riego e incluso el abastecimiento de decenas de localidades y pueblos. Más de la mitad de los embalses de la comunidad aragonesa están por debajo del 50% de su capacidad y muchos están casi secos.

De los 61 grandes embalses que hay en la cuenca, en 34 no hay agua ni para llenarlos a la mitad y de éstos, 16 están por debajo de un tercio de su capacidad. Yesa está al 45%, el embalse de la Sotonera al 42% y el de Mequinenza, uno de los más grandes de Aragón, tiene esta semana un 45% de agua embalsada.

La situación es crítica para otras balsas de agua, como Canelles, que está al 19%, o Rialb, que está tan sólo al 6% de su capacidad.

La reserva total de agua embalsada está en 3.465 hectómetros cúbicos, lo que representa un 46,8% de la capacidad total de embalse de la Cuenca. Esta cifra es muy inferior a la de la misma semana del año pasado, que se situaba en el 65,7% del total, y está por debajo del promedio de los años 2003 a 2007.

El Ebro baja estos días por Zaragoza con un caudal de 49 metros cúbicos por segundo, cuando hace un año registraba 338 metros cúbicos.

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