El concejal de Sostenibilidad Medioambiental, José del Río, ha explicado este jueves que el recubrimiento de los alcorques supone una mejora en dos direcciones: por un lado, se contribuye a proteger al árbol frente a la posible acción de los viandantes, y, por otro, se protege también a los propios peatones al eliminar el desnivel entre el ras de suelo y la tierra, causante de caídas.
La iniciativa contribuye también a obtener una mejora estética, ya que el material de relleno permite el embellecimiento de la vía en la que se encuentra, evita la proliferación de vegetación espontánea y disminuye de forma drástica la evaporación del agua.
El pavimento empleado para esta actuación es de carácter poroso, lo que permite la filtración del agua procedente de la lluvia o del baldeo, gracias a su composición de distintos tipos de gravas y resina.
Así, de esta forma, el beneficio obtenido por su utilización no supone tampoco ningún perjuicio para el árbol. Así, los alcorques cuentan con una capa granular que sirve como base del pavimento drenante. Esta capa está formada por grava de cantera de 19 a 25 milímetros, con un espesor de 50 milímetros.
Por su parte, el pavimento drenante tiene un espesor de 100 milímetros, realizado in situ con mortero a base de resinas y áridos de colores seleccionados con granulometría de 4/7 milímetros e incluye un sistema de protección contráctil realizado con elastómero en el entorno del tronco del árbol para asimilar el normal crecimiento del mismo.
En la fase ya ejecutada se ha actuado sobre los alcorques situados en un total de 53 calles de casi todos los distritos de la ciudad de Málaga.
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