Está más que demostrado que la ingesta de alcohol reduce la capacidad de los conductores a la hora de ponerse al volante, lo que incrementa, a su vez, el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. A pesar de ello, sigue habiendo personas que se ponen en la carretera en estado ebrio. Según datos facilitados por el Ayuntamiento, el 8,7% de los 3.753 controles de alcoholemia que hizo la Policía Local en 2007 dieron un resultado positivo. En concreto, fueron 327 los conductores que superaron los tasas de ingesta de alcohol permitidas por la ley cuando circulaban por las calles de la ciudad.

El endurecimiento de las penas hacia las personas que se ponen al volante en estado ebrio provoca que gran parte de las pruebas positivas de alcoholemia terminen en un juzgado. El Consistorio informa de que el 55% de los casos se tramitaron por vía judicial, mientras que el resto siguió únicamente un trámite administrativo. Menos puntos Como consecuencia de estas infracciones, los agentes de la Policía Local quitaron el año pasado un total de 1.374 puntos. Esta cantidad supone lo mismo que retirar 114 carnés de conducir. Llama la atención que la mitad de esos puntos se detrayeron por conducir con una tasa superior a 0,5 miligramos de alcohol por litro de aire, el doble de lo que permite la normativa.