Un equipo de especialistas del Hospital Reina Sofía vela para preservar el arsenal terapéutico antimicrobiano

  • MURCIA, 10 (EUROPA PRESS)
Algunos de los miembros del grupo IRAS/PROA del hospital Reina Sofía de Murcia
Algunos de los miembros del grupo IRAS/PROA del hospital Reina Sofía de Murcia
CONSEJERÍA SALUD, HOSPITAL REINA SOFÍA DE MURCIA
Algunos de los miembros del grupo IRAS/PROA del hospital Reina Sofía de Murcia

Un equipo de especialistas del Hospital general universitario Reina Sofía vela para preservar el arsenal terapéutico antimicrobiano. Y es que el centro decidió en septiembre de 2018 plantar cara al uso inadecuado de los antibióticos mediante la puesta en marcha del programa PROA para la optimización del uso racional de los antibióticos. Este programa, junto al de prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), forma parte del Plan Nacional y Regional frente a la resistencia de antibióticos.

Los objetivos de esta estrategia son muy ambiciosos: reducir y controlar la incidencia de bacterias y otros microorganismos que se han hecho resistentes al tratamiento con antibióticos habituales, reducir la incidencia de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria, optimizar el uso de antibióticos, mejorar el pronóstico de los pacientes con infecciones graves, reducir los efectos adversos graves de los antibióticos, reducir su presión, generar un plan formativo y de conocimiento y reducir el gasto sanitario.

Para ello, en el hospital Reina Sofía se ha creado un equipo multidisciplinar, coordinado por el Comité para el control de las infecciones y uso racional de antibióticos del Área de salud VII e impulsado desde la dirección gerencia del Área, en el que participan especialistas de medicina preventiva, enfermedades infecciosas, microbiología, farmacia, medicina intensiva, áreas quirúrgicas y de urgencias, personal de enfermería y médicos de atención primaria.

Al frente del equipo PROA está Enrique Bernal Morell, médico especialista en enfermedades infecciosas y presidente del Comité, quien explica las actuaciones del grupo.

"Para poner en marcha el PROA en el hospital se han creado una serie de protocolos y guías clínicas que ayudarán en la elección del mejor fármaco a utilizar en cada proceso infeccioso y se ha generado una selección de antibióticos con uso restringido, es decir, que solo se podrán utilizar bajo circunstancias específicas".

Los protocolos se están difundiendo mediante un programa formativo acreditado muy amplio, destinado especialmente al personal facultativo, en el que se abordan todas las infecciones, especialmente las que tienen mayor impacto en la morbimortalidad, como las infecciones pulmonares, digestivas o urinarias, donde se explica y se argumenta detalladamente la indicación de los antimicrobianos en cada proceso.

Además, se ha establecido un circuito para la realización de asesorías clínicas sobre tratamiento antimicrobiano tanto empírico como dirigido, impulsado desde la unidad de Enfermedades Infecciosas y desde el servicio de Farmacia.

De esta manera, se detectan aquellos antibióticos con mayor impacto ecológico negativo por su capacidad de generar resistencias o aumento de coste económico inadecuado.

En este sentido, Enrique Bernal ha puntualizado que "esta asesoría se realiza mediante el contacto con el médico prescriptor y se aconseja sobre si existen otras alternativas igualmente eficaces pero que mejoren el espectro futuro de multirresistencias, o sobre la pertinencia de continuar con el mismo, ya que un punto muy importante que se tiene en cuenta es la duración de los tratamientos, pues no es infrecuente que se prolongue su uso de forma innecesaria".

Finalmente, se ha creado una encuesta para valorar el grado de satisfacción para todos los usuarios, lo que servirá para obtener un feed-back y poder mejorar en el futuro, explican a Europa Press fuentes sanitarias.

La actuación del grupo PROA del hospital Reina Sofía se extiende también al área de microbiología. Allí se está realizando un seguimiento exhaustivo de las bacteriemias (presencia de bacterias en sangre), antes incluso de que se conozca exactamente el tipo de germen y la sensibilidad a los antibióticos.

De esta manera, se informa precozmente al facultativo y se adecua el tratamiento antibiótico al microorganismo e infección que presenta el paciente. Con esto se consigue mejorar la calidad y seguridad de la asistencia sanitaria al adelantarnos al resultado final, el cual no estará disponible hasta pasado varios días.

El doctor Bernal hace hincapié en este aspecto ya que, según sus declaraciones, "este punto forma parte del control de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y es uno de los objetivos más importantes de la comisión de enfermedades infecciosas".

REDUCIR TOXICIDAD Y LOS COSTES

En tan solo unos meses de funcionamiento, el programa ha conseguido muy buenos resultados "que animan a su continuación y mantenimiento". Así, se han realizado más de 100 actuaciones en servicios como Medicina Interna, Cirugía y Urgencias.

En cuanto a las bacteriemias se han revisado más de 120 bacteriemias, principalmente relacionadas con infecciones urinarias, abdominales y de catéteres. Los pacientes estaban ingresados fundamentalmente en Medicina Interna, UCI y Cirugía.

En la mayoría de los casos, el tratamiento era adecuado para el germen que apareció en el hemocultivo. En aquellos casos en los que se detectó que el tratamiento podría ser insuficiente se cambió por otro más adecuado para el germen que presentaba el paciente.

Por otro lado, en un 20 por ciento se recomendó reducir el espectro antibiótico, suspenderlo o acortar la duración debido a que se detectó que podría utilizarse otro antimicrobiano de menor espectro y mejor impacto ecológico, lo cual supone un beneficio claro para la población general al no aumentar la tasa de resistencias.

Después de la actuación del grupo PROA, según han informado desde el centro sanitario, se ha conseguido optimizar la pauta antibiótica en el 51,2 por ciento de los casos. Con esto se ha conseguido adecuar con más precisión el tipo de antibiótico a la infección, reducir fármacos con impacto ecológico negativo como los carbapenémicos y las quinolonas, y reducir toxicidad y los costes.

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