La joven condenada a tres años por el accidente en Aldeamayor con dos muertos y un herido grave pide el indulto

  • La joven Rocío S.D, condenada a tres años de cárcel como responsable del accidente registrado en noviembre de 2015 en Aldeamayor de San Martín (Valladolid), con un balance de dos fallecidos y un herido muy grave, tras un choque en la carretera VA-200 entre el turismo que conducía y un camión que pilotaba un camionero portugués, ha solicitado el indulto para eludir su ingreso en prisión.

La condenada, que desistió de acudir en casación al Supremo, después de que el Juzgado de lo Penal 1 la impusiera la referida pena en una sentencia ratificada más tarde por la Audiencia Provincial, se ha dirigido ahora a la juez que la condenó en primera instancia para solicitar el indulto, petición de la que se dará traslado al Ministerio del ramo para que sea el Consejo de Ministros el que decida, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

La solicitud de indulto de la joven, que permanece en libertad, cuenta con la adhesión de su compañía aseguradora, Mutua Madrileña.

Rocío S.D. fue hallada autora de dos delitos de homicidio por imprudencia grave y un delito de lesiones por saltarse una señal de stop. La condena incluía tres años de prisión, la privación del carné de conducir por espacio de cinco años y el abono de indemnizaciones por importe global de 1.500.000 euros para los perjudicados.

Durante el juicio, el fiscal y las acusaciones particulares, estas últimas en representación de los hermanos Luis Alberto y Aitor D.H, el primero fallecido con 24 años y el segundo, hoy con 19, postrado desde entonces en silla de ruedas, solicitaron para la acusada, de 28 años, penas de 4 años de cárcel por dos delitos de homicidio y otros tantos de lesiones por imprudencia y la privación del carné por dos años.

Los tres acusadores consideraron acreditado, como así se recoge en ambas sentencias, que el día de los hechos la acusada cometió una "imprudencia grave" al incorporarse a la VA-200 desde la Urbanización El Soto, en Aldeamayor de San Martín, sin parar su turismo ante la señal de stop, interrumpiendo así la trayectoria del camión y haciendo inevitable el choque.

Tomaron como prueba fundamental el informe de la Guardia Civil que achacó a Rocío S. tal infracción y que establecía que en el momento de tal irrupción el camión se hallaba a una distancia de unos 20 metros del punto de impacto y que al producirse éste el trailer llevaba una velocidad de 58 kilómetros por hora, en una vía con velocidad limitada a 50.

Las acusaciones incidieron también que el propio camionero alegó que la acusada no llegó a parar y se limitó a realizar un ceda el paso, con lo que consideraron que existe una relación de causalidad al "cruzar Rocío de lado a lado sin respetar la prioridad de paso del camión, con evidente infracción del deber objetivo de cuidado".

Además, el letrado de los hermanos Luis Alberto y Aitor D.H, el primero fallecido y el segundo con muy graves secuelas desde el siniestro, hasta el punto de que ha quedado de por vida en silla de ruedas, necesitará de terceros para la más mínima cosa y sólo es capaz de comunicarse con el iris a través de una máquina, puntualizó que aunque la procesada no se hubiera saltado el stop, la responsabilidad sería la misma porque se incorporó a la vía sin mirar y percatarse de que venía un trailer.

UN TRAILER COMO "TRES CHALÉS ADOSADOS"

En el lado opuesto, el defensor de Rocío S.D. y de los responsables civiles directo y subsidiario pidieron, sin éxito, un fallo absolutorio al esgrimir que la acusada sí hizo el stop en el cruce y que sólo un exceso de velocidad del camión, que sitúaron en casi 64 kilómetros hora en el momento del impacto, fue el causante último del trágico accidente.

"El único dato objetivo es ese, no ha quedado acreditado que se saltara la señal", defendió el representante de la procesada, a lo que el abogado de Mutua Madrileña añadió que ese exceso de velocidad del trailer, "un misil y con una anchura de tres chalés adosados", motivó la colisión cuando la conductora del turismo "ya había ganado la prioridad y se hallaba incorporada a la carretera".

Las defensas rechazaron la existencia de una imprudencia grave de la acusada, ya que ni iba bebida ni manejando un teléfono móvil, y por ello entendían que como mucho tan sólo podría imponérsele una condena por imprudencia leve, "máxime cuando ella misma es víctima porque ha perdido también a su pareja, Luis Alberto, y porque su actitud no fue de desprecio por la vida de los demás".

Para el supuesto de que la juez se inclinara por la comisión de una imprudencia grave, el defensor de Rocío había pedido una condena inferior a dos años para que ésta pueda quedar en suspenso y evitar así el ingreso en prisión de su patrocinada.

"Se trata de una joven de 28 años y madre de un menor que ya ha sido penada emocionalmente. Su ingreso en prisión sería una auténtica barbaridad porque no beneficiaría a nadie", advirtió el letrado.

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