'El Milagro' una serie de Sky que "no se puede ver mientras se hace la cena"

Una imagen de la serie 'El Milagro', de Sky.
Una imagen de la serie 'El Milagro', de Sky.
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Una imagen de la serie 'El Milagro', de Sky.

El presidente Pedro Sánchez recibe una llamada del CNI, el servicio de inteligencia español, convocándole a una reunión urgente. Al llegar, le enseñan la prueba fehaciente e indiscutible de que se está produciendo un milagro, un milagro real, religioso, místico y a la vez, palpable.

Ésta es la premisa de la que parte [lo de Pedro Sánchez era un ejemplo] la serie italiana El Milagro, una producción de la plataforma Sky que ya está disponible bajo demanda. Es una historia del premiado escritor Niccolò Ammaniti, que por primera vez se pone detrás de las cámaras.

Durante el asalto a la guarida de un conocido criminal las fuerzas especiales encuentran la estatuilla de una virgen que llora sangre. Se le realizan al prodigio todas las pruebas científicas pertinentes y... es un milagro que contraviene las leyes elementales de la física. Sin embargo, en un momento político convulso, el gobierno decide mantener en secreto el hallazgo.

Ahí se inicia "una investigación secreta sobre el fenómeno que va a cambiar radicalmente la vida de todos los implicados en ese suceso, desde el propio ministro y su familia, hasta los científicos encargados de estudiar el caso, pasando por un párroco un tanto oscuro", según explica la sinopsis. Por si fuera poco, el fenómeno se produce en una Italia convulsa, a pocos días del referéndum que decidirá el futuro de ese país en la Unión Europea.

"¿Un milagro está destinado a que lo vea quien lo presencia o es para toda la humanidad? Y una vez que llega ese milagro, ¿tenemos algo que hacer, una tarea, un destino, nos lo envía Dios por algo? Todas estas preguntas fueron surgiendo a medida que escribía la historia y cuantas más preguntas me hacía más extraños se volvían los caracteres de los personajes", explica el creador de la serie a 20minutos.es.

Para Ammaniti, que no cree en los milagros, esta serie fue sin embargo, un milagro personal. Llegó un momento "en el que estaba cansado de escribir los libros que escribía, porque lo hacía solo y cada vez me sentía más triste y frustrado", confiesa el escritor y director. Así que su psicólogo le recomendó tratar de dirigir alguna de sus historias. "Y realmente fue un éxito porque pude entrar en contacto con muchas personas", lo que le convirtió "en un hombre feliz".

La serie la protagonizan Guido Caprino, como primer ministro italiano y su esposa en la ficción, la famosa actriz italiana Elena Lietti. Ésta última explica que El Milagro "no es una serie que se pueda ver mientras se hace la cena, con el rabillo del ojo. No es una serie inocua. Es una serie que te hace plantearte cosas y poner en tela de juicio otras".

En El Milagro aparece la fe, la creencia, la honradez... pero también la corrupción, el pecado y la hipocresía de quienes dicen servir a Dios pero contradicen sus preceptos. Sin embargo, "no es una crítica a ninguna institución" sino más bien "a personas que deben enfrentarse a sus propios actos", explica el creador, que no ha tenido problemas con la Iglesia por la trama de su historia.

"La Iglesia respeta ciertas cosas y prefiere no entrar al trapo. Sólo lo hace si citas a alguna persona en concreto, pero la Iglesia ante situaciones que describen o tienen que ver con milagros pero que no se refieren directamente a personajes de la Iglesia, se mantiene callada, porque saben que cualquier crítica tendría efecto boomerang", revela Niccolò Ammaniti.

Para la serie fueron necesarios "más de 800 litros de sangre". El problema se presentó porquer "el rodaje lo hicimos en Parma y la sangre la fabricaban en Cinecittà, en Roma", rememora el director. Así que todos los días "llegaban muchachos que traían bidones de sangre y venían en tren. Y acabaron por transportar los bidones tapados porque la gente les preguntaba qué llevaban y cuando decían que sangre había lio".

Para el rodaje se emplearon tres estatuillas de la virgen idénticas, con un depósito y una bomba dentro para expulsar la sangre. "El problema era que la sangre era muy espesa y a veces se atascaba el tubito por donde circulaba y eso dificultaba las tomas", expone Niccolò Ammaniti, que tras el rodaje se quedó con las tres estatuillas. "Las tengo en mi estudio, esperando que me llegue la fe", bromea.

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