Su trayectoria política le precede. Ha sido concejal y alcaldesa de Sevilla, ministra de Cultura, senadora...

¿Cómo ve a Sevilla?

Nos falta ambición para ser mejores y no sólo en la provincia, en toda Andalucía.

¿Sus virtudes y defectos?

Tenemos muchas virtudes. Una es la apertura. Somos extrovertidos, abiertos... Sevilla, junto a Cádiz, fue tierra de iniciativa y riesgo, de donde salió gente a la conquista. Ahora nos conformamos con lo que tenemos y con lo que dice el Gobierno que da. Es una actitud más pasiva.

¿Cómo conseguir ambición?

Ofreciendo oportunidades. Me gustaría que los universitarios fueran ambiciosos. Un porcentaje muy alto aspira a ser funcionario. Un cambio grande será que una mayoría aspire a tener su negocio. Hay que fomentar esas iniciativas y salir. Los programas Erasmus los multiplicaría por cien, si estuviera en mi mano.

¿Estamos anclados?

Estamos bastante anclados y hay que recuperar el tiempo. Sevilla ha perdido puestos en la economía andaluza y hay que saltar hacia delante.

¿Qué meta se marca en el Congreso de los Diputados?

Lo primero cambiar al Gobierno, que sale del Congreso. Quiero que logremos una mayoría que elija a un presidente que piense en los intereses generales. Además, la provincia se ha quedado con carreteras antiguas. Ha habido pocas iniciativas y las que hay tardan mucho. Las comunicaciones del Aljarafe son prioritarias, aunque ya es difícil solucionar el problema. La SE-40 es fundamental y la A-49 y un enlace ferroviario Sevilla-Huelva. Hay que acabar las conducciones de agua para abastecer a Sevilla. Puede haber problemas en poco tiempo. Y crear empleo.

¿Qué le pide a los sevillanos?

Que den un paso adelante diciendo «vamos a mejorar y a luchar más y a ser menos dóciles». Con los votos se cambian los gobiernos y hay la alternancia, fundamental en el sistema democrático. El voto ciudadano es fundamental. Somos los que decidimos.

¿Qué gana Sevilla con Soledad Becerril en el Congreso?

Quiero aportar mi experiencia, mi capacidad de trabajo y mi defensa de los intereses generales de los sevillanos. No soy ninguna salvadora, porque en democracia no debe haber salvapatrias, sino ciudadanos libres a los que no se debe amedrentar.

¿Y con Juan Ignacio Zoido en el Parlamento andaluz?

Es un hombre trabajador, volcado en la ciudad, que obtuvo un excelente resultado en las últimas elecciones municipales. Lo veo como un luchador en el Parlamento.

¿A qué se debe el clima de tensión actual?

Las cosas no vienen dadas. No es sólo por la campaña, viene de los cuatro años. Con sus discursos e iniciativas, el PSOE ha estado echando fuera al partido mayoritario de la oposición. Eso se escenifica en Cataluña, con un acuerdo entre socialistas y partidos catalanes en el que se comprometen a no permitir ningún acuerdo PSOE- PP.

¿Está España dividida?

Lo ha procurado el Gobierno pero una cosa son las intenciones y otra la realidad.

¿Cómo es el PSOE?

Es un adversario importante y fuerte. En Andalucía, tenemos unos instrumentos de comunicación con grandes diferencias, Los públicos atienden muy poco, muy poco al PP. Además, ha establecido un funcionariado en el que una proporción muy alta es militante destacado del PSOE. Lo que más me choca es que trate de convertir a los adversarios en enemigos, sobre todo, en Andalucía. Si dices que el Gobierno no ha actuado con diligencia en el caso del New Flame, una es mala andaluza; si dices que el desempleo crece, una es una provocadora… ¿Qué quieren, que nos callemos?

¿Cómo afronta la campaña?

Es muy importante, porque es el futuro de por donde va a ir el rumbo de la política los próximos años y si vamos a tener un gobierno sereno, que tome decisiones con sensatez, cordura y racionalidad y tienda la mano.

¿Se plantea volver a la Alcaldía de Sevilla?

Difícil, difícil, difícil.