El sector de la minería y fabricación de productos minerales no metálicos aportó el 0,7% del producto interior bruto (PIB) de la economía gallega, 419 millones de euros, durante el año 2016, según un estudio del Instituto Galego de Estatística (IGE).

Los puestos de trabajo ascendieron a 11.211, lo que supone un 1% del empleo total. Además, según el IGE, representa el 4,3% del valor añadido generado dentro del sector industrial y energético gallego.

Su composición interna "pone de manifiesto" que las actividades de transformación industrial son "las que predominan, especialmente en términos de empleo", destaca el informe.

La evolución del valor añadido del sector fue "especialmente negativa" a partir de 2007, coincidiendo con el cierre de las minas de lignito pardo de As Pontes y Meirama y con la crisis de la construcción. En 2016 muestra "signos de recuperación".

REMUNERACIÓN INFERIOR

En la comparativa con el sector en el conjunto estatal, la comunidad destaca por su especialización en la industria extractiva, pero también por tener una capacidad para crear valor superior, una productividad del factor trabajo más baja y una remuneración por hora inferior.

El "desigual" comportamiento de la remuneración y de la productividad en Galicia en los años 2000 a 2016 hizo, según explica Estatística, que la participación de las rentas salariales en la creación de valor del sector sea superior a la del conjunto estatal.

41% DE LAS ROCAS ORNAMENTALES

Dentro de la industria extractiva, Galicia sobresale por la producción de productos de cantera y rocas ornamentales, y son la pizarra y el granito los principales productos producidos.

Así, en 2016 la comunidad produjo el 41% de las rocas ornamentales del conjunto estatal. Tiene presencia en prácticamente todas las comarcas de Galicia, sin embargo hay una que destaca por encima de todas, la de Valdeorras, donde se genera el 38,6% del valor añadido del sector minero.

VALDEORRAS

La comarca es la responsable de 9 de cada 10 euros generador por el sector en la provincia ourensana. Pero además el 26% del PIB de esta comarca proviene de la minería, lo que le convierte en la principal fuente de actividad económica comarcal.

En una docena de ayuntamientos gallegos las afiliaciones a la Seguridad Social en empresas del sector suponen más del 30% de las afiliaciones industriales del ayuntamiento.

COMPARATIVA EUROPA

En relación con la evolución del sector en las economías europeas, el IGE observa una pérdida de peso desde el año 2000, "trazo común a lo que acontece en Galicia".

La contribución del sector a cada economía de la Unión es desigual y en Galicia la aportación es inferior a la media. Los países más especializados son Bulgaria, Polonia, Croacia, República Checa y Estonia.

CONSTRUCCIÓN

La industria extractiva y la fabricación de otros minerales no metálicos está, según el estudio, "fuertemente" relacionada con la construcción.

A su vez, la "fuerte relación" de la construcción con otras ramas de la economía hace que se pueda identificar un complejo productivo en sentido amplio conformado por seis ramas productivas que aportan el 22% del PIB y el 19% del empleo generado en Galicia.

La industria extractiva y de fabricación de otros productos minerales no metálicos se identifica como sectores básicos en la economía gallega. "Esto es, son sectores suministradores de inputs para otras ramas de actividad de la economía y que, por tanto, tienen fuertes encadenamientos hacia adelante".

COMERCIO EXTERIOR

El comercio exterior registrado por la Agencia Tributaria de productos de la minería y fabricación de productos minerales no metálicos tiene un saldo negativo en Galicia en todos los años de la serie 2000-2016.

Las importaciones superaban las exportaciones en 970 millones de euros en 2000 y este déficit alcanza los 1.185 millones en 2016. Por productos, el informe detecta que el responsable de este déficit comercial es el subsector extractivo. Por el contrario, el transformador de productos minerales no metálicos presenta superávit comercial.

La producción del sector registró una "fuerte caída" a partir de 2007, coincidiendo con los cierres de las minas de lignito pardo de As Pontes y Meirama y afectada por la crisis del sector de la construcción.

Sin embargo, la evolución del comercio exterior fue menos negativa y puso así de manifiesto el mayor peso de los mercados exteriores en la producción del sector.

Así, en 2000, las tres cuartas partes de la producción del sector tenían como destino la demanda intermedia o final en Galicia o en el resto de España y en 2016 casi se exporta al exterior la mitad de lo que se produce en Galicia.