Travesía por territorio Tuareg

  • Dos montañeros gipuzkoanos narrarán su travesía por el Sahara
  • La proyección será a las 19:30 horas en la Casa de Cultura Okendo
  • "Caminar te permite sentir el paisaje y tener contacto con la gente"
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Los montañeros gipuzkoanos se toparon con caravanas de Tuaregs.
Los montañeros gipuzkoanos se toparon con caravanas de Tuaregs.
M.L.
Los montañeros gipuzkoanos se toparon con caravanas de Tuaregs.

Quedaron fascinados con un atardecer en el desierto y desde entonces, los montañeros eibarreses Asier Aranzabal y Mila Gallastegi no han parado hasta hacer realidad su sueño: adentrarse en él y sentirlo.

El lugar elegido para la travesía fue el Tassili (Argelia) un altiplano más grande que Gipuzkoa, a 1.800 metros de altura, en el corazón del territorio Tuareg. Allí, donde la arena del desierto invade la meseta un "laberinto de rocas" se alza sobre las dunas.

Fueron ocho días de caminata entre el oasis de Djanet hasta el mar de dunas de Erg Admer. Un recorrido de cerca de 100 kilómetros en el corazón del Sahara que les permitió ser testigos de maravillas de la naturaleza y culturas ancestrales.

Su cámara inmortalizó los momentos y hoy los compartirán con el público a las 19:30 horas en la Casa de Cultura Okendo mediante un audiovisual que se enmarca en el ciclo de proyecciones de Montaña y Naturaleza que organiza el Club Vasco de Camping.

Nómadas e inmigrantes

En Djanet trabajan muchos inmigrantes subsaharianos que se han quedado sin dinero

La travesía comenzó en Djanet, "un oasis habitado convertido en una zona de tránsito para inmigrantes subsaharianos. Muchos se quedan allí trabajando cuando no tienen ni blanca para continuar su viaje hacia el primer mundo", explica Asier.

Contrataron un guía, un cocinero y un camellero para llevar las provisiones y se adentraron en el Tassili. Caminando, "porque te permite contemplar el paisaje, apreciarlo, sentirlo y tener contacto con la gente", afirma convencido.

En un entorno tan hostil, salpicado de petroglifos y de refugios de madera para guardar material, sólo se cruzaron con grupos de nómadas. "Los primeros se asustaron, pero el segundo grupo se interesó por nosotros y pudimos hablar un poco. Iban mujeres y niños con unas cabras".

Asier y Mila, que ya han realizado travesías similares por Indonesia, Nepal, Irán y Perú preparan ahora la siguiente expedición. "Queremos ir a Mali y descender el río Niger hasta Tombuctú".

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