Un cruce de tragedias de Estambul a Hamburgo

En ‘Al otro lado’, el lodazal del mundo moderno se convierte en una posibilidad de redención
Fotograma de "Al otro lado".
Fotograma de "Al otro lado".
Archivo
Fotograma de "Al otro lado".

El germano-turco Fatih Akin es uno de los directores europeos más conectados a la realidad ambigua y excitante que nos ha tocado vivir.

Con su primera película, Contra la pared, logró un gran éxito de crítica y público y, tras un revulsivo paseo por los sonidos multiétnicos de Estambul en el documental Cruzando el puente, ha regresado a la ficción con un filme virulento y tierno a la vez, que logró el premio al mejor guión en el último Festival de Cannes .

Al otro lado nos presenta un abanico de personajes que se acercan peligrosamente al abismo, bendecidos con el don de la sinceridad, de lo dolorosamente auténtico e irrenunciable que tanto cuesta ver en las pantallas, vampirizadas en exceso por las fantasías hollywoodenses.

Une Akin sus dos ciudades de adopción, Hamburgo y Estambul, desarrollando situaciones traumáticas (el asesinato de dos mujeres; el encarcelamiento de una de las protagonistas, acusada de terrorismo).

En ellas están implicados seres que viajan a una y otra urbe, buscándose, sin encontrar las respuestas que necesitan para sus pecados o sus deseos.

Siguiendo la estructura de Vidas cruzadas, de Robert Altman (obra maestra inspiradora de esta y muchas otras películas de la última década, donde una serie de personajes próximos entre sí forman una cadena de casualidades y relaciones que nos abocan a la fatalidad), el filme de Akin nos dice que todos perdemos en el lodazal del mundo moderno, pero que es posible aún la generosidad de estrechar la mano a tus enemigos y dejar el odio aparcado en un rincón como un juguete roto.

Inspirando el conjunto de actores y personajes, Hanna Schygulla, la gran musa del concienciado cine europeo de los setenta, tiene en la cinta un papel fundamental de antigua hippy que reivindica sus valores intemporales de paz y amor cuando la tragedia la golpea hasta el tuétano.

Ante todo, la paz; como la que sentimos en un momento del filme mientras contemplamos –con los ojos de un profesor universitario (Baki Davrak) que busca resarcir una injusticia– un mar de pescadores sin grandes faenas que desarrollar. Paz para vivir las cosas buenas es el mensaje que este gran director europeo nos lanza desde el fondo de su corazón.

Alemania-Turquía, 2007 / 122 min / Dir.: Fatih Akin / Int.: Hanna Schygulla, Baki Davrak / Estreno previsto: 14 de marzo

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