Así fue la boda de Cristina Pedroche y David Muñoz

Cristina Pedroche y David Muñoz, por las calles de Madrid.
Cristina Pedroche y David Muñoz, por las calles de Madrid.
GTRES
Cristina Pedroche y David Muñoz, por las calles de Madrid.

Los vecinos ni siquiera se imaginaban que tras un palmo de ladrillo y yeso se estaba produciendo uno de los acontecimientos del corazón más sonados: la presentadora Cristina Pedroche y el cocinero David Muñoz se casaron en su casa en la mañana del sábado 24 de octubre de 2015, sin avisar a nadie excepto a los padres de ambos.

El señor con camisa que alguno pudo ver por las escaleras del portal era el notario que casó a los dos jóvenes (ahora los notarios tienen competencias para ello) tan sólo unos días después de que Muñoz consiguiera oficialmente el divorcio de su anterior pareja (Ángela Montero, jefa de sala y socia del DiverXo) y sólo 24 horas después de conseguir el certificado del juez que les declaraba aptos para el matrimonio.

Los cónyuges eligieron ropa informal: vaqueros, zapatillas (diseñadas por Pedroche) y camisetas y sólo se permitieron la excentricidad de firmar los papeles con unos lápices gigantes, como revelan las fotografías publicadas por ¡Hola!, a quien le dieron la exclusiva. Pedroche sólo se puso como algo especial un collar de oro con su nombre, que le dio su abuela fallecida hace unos años y a la que la presentadora echó de menos más que de costumbre.

Tras la improvisada ceremonia se colocaron las alianzas de oro negro y tuvieron que separarse, él, para ir a trabajar al restaurante y ella para ir a comer con su familia (ensalada de pollo y bizcocho casero), aunque no por mucho tiempo pues al día siguiente ambos salieron de viaje a la India, porque el cocinero tenía programado ya ese viaje de negocios, al que al final le acompaña su nueva esposa.

La joven presentadora aseguró haberse emocionado mucho y haber llorado durante la firma. Explicaba además que quisieron que la boda fuera secreta para cuidar a su familia, para que el impacto mediático no hiciera que se sintieran incómodos.

En la pedida de mano, Muñoz le regaló un anillo con un diamante diseñado por él mismo, en una escena que incluyó al cocinero rodilla en tierra y muchas lágrimas de emoción por parte de ella. Después, cenaron unas croquetas hechas por el chef que vuelven loca a Cristina Pedroche.

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