El Ejército. Esa es una de las claves para que el plan de Guaidó salga bien. El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela convocó este lunes dos manifestaciones por las calles de Caracas para exigir a los militares que "se pongan del lado de los ciudadanos" y permitan "la entrada de ayuda humanitaria" en el país, que sigue sumido en un choque de legitimidades.

El líder opositor difundió el mensaje a través de las redes sociales y aseguró que dichas marchas –la primera de las cuales está prevista para este martes– serán "pacíficas". En este sentido, Guaidó agregó que la jornada también tendrá como objetivo continuar entregando a los uniformados el texto de una ley que sancionó la Cámara, que ofrece garantías a los funcionarios civiles y militares que desobedezcan a Maduro y ayuden a un cambio de Gobierno. La otra movilización se programó para el sábado, pero no se conocen más detalles de la misma.

En esa coyuntura, la cifra de muertos asciende ya a 35 fallecidos y otros 850 detenidos en la última semana, según los datos difundidos por varias ONG. "Tenemos la cifra corroborada, con nombre, apellido, sitio y presuntos responsables de 35 personas asesinadas en el contexto de manifestaciones en todo el país", explicaron. Sobre esto precisamente se posicionó el papa Francisco. El pontífice esgrimió que teme "el derramamiento de sangre". Sin embargo, el papa evitó pronunciarse sobre lo que se debería hacer. "Sería una imprudencia pastoral por mi parte y haría daño", comentó. En todo caso, desea que pueda fraguarse una "solución justa y pacífica" en el país. "Deseo que se pongan de acuerdo", sentenció Francisco acerca del tema.

La que tampoco se mueve de su posición es la Unión Europea. Desde Bruselas se avala la postura española de pedir elecciones "libres y democráticas". Cabe recordar que Sánchez ha dado ocho días a Nicolás Maduro para convocar los comicios o en caso contrario reconocerá a Juan Guaidó como presidente. El líder socialista ya obtuvo el respaldo de sus homólogos Emmanuel Macron y Angela Merkel.

La Comisión Europea apuntó que ve compatible la posición sobre la situación en Venezuela adoptada unánimemente por sus 28 Estados miembros con la expresada por países como España, Francia o Alemania. "En esencia, la UE está unida sobre este asunto", resaltó la portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kocijancic.

La ONU, por su parte, pidió a los países y sociedades de Latinoamérica que han recibido venezolanos que respondan con un mensaje de "rechazo fuerte y claro" a la violencia física y verbal, así como a las amenazas, que están sufriendo estos inmigrantes. El representante especial de las agencias de Naciones Unidas a cargo de la situación de inmigrantes y refugiados, Eduardo Stein, alertó del riesgo de que el racismo, misoginia y la xenofobia contra los ciudadanos venezolanos se extiendan.

Desde las filas chavistas, eso sí, pusieron el foco precisamente sobre Pedro Sánchez. El ministro de Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, considera una "paradoja" que gobiernos "impopulares" o que no han sido "electos por voto popular" reclamen ahora elecciones en el país sudamericano, en un claro mensaje al jefe del Ejecutivo español, que contra estas afirmaciones, cuenta con el respaldo de la mayoría del Congreso de los Diputados.

En este sentido, el ministro Josep Borrell restó importancia a los ataques de Maduro al propio Sánchez. "No esperábamos otra reacción", expresó el titular de Exteriores español. Asimismo, a nivel nacional la situación de Venezuela también ha generado tensiones.

El diputado socialista y exlehendakari Patxi López afeó ayer al PP que use el conflicto para "ganar votos". Frente a eso, tanto los populares como Cs siguen criticando la postura del Gobierno. Pablo Casado cree que da "aire" a Maduro porque "se debe a Podemos" y Albert Rivera avisa de que "nadie pasa de tirano a demócrata en ocho días".