Las cifras más altas a lo largo de este pasado año tuvieron que ver principalmente con incendios de distinto tipo -933- y con intervenciones en el medio natural -1.065-, una cifra esta última que se incrementó en un 235 por ciento con respecto a las 318 intervenciones del año anterior debido a episodios como la crecida extraordinaria del Ebro.

Dentro del apartado de incendios, los agrícolas volvieron a ser los más frecuentes con 566 intervenciones. Además, los bomberos de la Diputación de Zaragoza sofocaron 24 fuegos forestales; 122 incendios en viviendas y otros edificios; 37 fuegos en industrias y almacenes; 69 incendios en camiones y turismos; y 115 fuegos urbanos -árboles, contenedores, solares-.

En cuanto al resto de servicios que atienden los profesionales del SPEI, los más repetidos en 2018 fueron los accidentes de tráfico (292), los suministros de agua urgentes (238) y las asistencias realizadas en cascos urbanos por causas distintas a los incendios (119). También hubo 22 intervenciones con mercancías peligrosas y 19 en búsqueda de personas desaparecidas. Las intervenciones en rescate vertical y acuático fueron 38 y 16, respectivamente.

A todas esas actuaciones por emergencias o incidencias se suman los servicios preventivos y de apoyo a los municipios, entre los que el año pasado destacaron 251 retenes de prevención y seguridad para actividades que entrañaban algún riesgo especial y otras 194 intervenciones de distinto tipo prestadas a asistencia en municipios, así como las 80 intervenciones en carretera y 44 actividades divulgativas.

OTROS PROYECTOS

A lo largo del año pasado, los bomberos de la Diputación de Zaragoza siguieron desarrollando el proyecto Hogar Seguro, un programa de prevención pionero en toda España que se puso en marcha en 2016 y que consiste en la colocación de detectores de humo y de monóxido de carbono en las viviendas más vulnerables del medio rural zaragozano.

En 2018, el SPEI también participó en la puesta en marcha del proyecto europeo de formación para bomberos Safed. Se trata de una iniciativa del programa Erasmus+ de la Comisión Europea que durará hasta 2020 y que tiene como objetivo mejorar la formación y el entrenamiento de los bomberos apostando por la utilización de nuevas tecnologías en los servicios de emergencias.

A estos proyectos se suman otras innovaciones iniciadas en los últimos años para mejorar la respuesta del SPEI a los distintos tipos de emergencias, como el grupo de guías caninos -que en 2018 participó en 12 búsquedas de personas desparecidas-; el grupo de rescate acuático en superficie -que tuvo un especial protagonismo durante la crecida extraordinaria del Ebro-; el grupo de rescate vertical o los vehículos de intervención rápida (VIR).

Además, el año pasado el SPEI incorporó otros tres nuevos camiones a su flota de vehículos, más ligeros y versátiles que los anteriores, capaces de transportar hasta 2.000 litros de agua y con todo el material necesario para intervenir tanto en incendios como en accidentes.