Martínez Varea asume que se trata de una idea que no es "fácil de transmitir ni de comprender" pero que espera que, con el tiempo, vaya cobrando forma y dando resultados. La intención es dejar de sumar parroquias a un mismo sacerdote, para comenzar a "integrarlas" dando un sentido de "comunidad", con una labor más importante de los laicos.

El vicario general de la Diócesis, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, ha comentado que se pretende sumar fuerzas entre sacerdotes, religiosos y laicos de la misma zona, para crear una comunidad religiosa, realizando actividades comunes entre parroquias cercanas de la provincia.

Todo ello se está planificando debido al futuro que se avecina en lo que respecta al número de sacerdotes en Soria, quienes previsiblemente en unos años no van a poder satisfacer todas las demandas actuales.

Ahora hay 90 sacerdotes en la provincia, de los que una veintena están jubilados. De los 70 que siguen en activo como párrocos, tan solo 35 tienen menos de 65 años. De hecho, hay varios sacerdotes que siguen en activo que han superado ya los 75 años, en teoría la edad de jubilación religiosa. Varea destaca la labor de estos sacerdotes ya que "aguantan porque tienen vocación", pero lamenta que "no hay relevo" debido a la "sequía vocacional" que atribuye tanto a la caída de la natalidad como a la "descristianización" del continente europeo en los últimos años.

En este 2019 hay ocho seminaristas en la Diócesis, con un diácono en Ólvega que será ordenado en breve y un acólito en Almazán.