Natos y Waor: "Ahora vas a un concierto nuestro y la mitad de la sala son chicas"

  • El dúo madrileño será cabeza de cartel del primer día del festival Fitur es Música.
  • El evento tendrá lugar los días 25 y 26 de enero, en el recinto de IFEMA (Madrid).
Los dos integrantes del dúo de rap Natos (a la derecha) y Waor (a la izquierda).
Los dos integrantes del dúo de rap Natos (a la derecha) y Waor (a la izquierda).
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Los dos integrantes del dúo de rap Natos (a la derecha) y Waor (a la izquierda).

Detrás del teléfono se escucha una voz rasgada y oscura como una noche en las afueras de Madrid. Las palabras pertenecen a Natos (Gonzalo), uno de los componentes del dúo de rap Natos y Waor. Estos dos jóvenes, que llevan casi diez años haciendo música, son la causa (o la consecuencia) de millones de reproducciones en YouTube, de miles de personas que se reconocen en sus canciones, que repiten sus letras como quien repite el abecedario: “De la escuela de los Levi’s petados / Los tatuajes, las orejas, los pendientes de aro”. Natos y Waor serán cabeza de cartel del festival Fitur es Música, que se celebra en la capital el próximo fin de semana.

El primer día de Fitur es Música es una apuesta plena por la música urbana. ¿Cree que este género está viviendo un boom en España?

Creo que no hay ninguna duda al respecto. Nada más hay que ver las programaciones de los grandes festivales, lo que suena en las calles y en las fiestas y lo que escucha la gente joven: todo está dentro de este género.

¿Y qué le parece el cartel? ¿Hay algún artista con el que le haga especial ilusión compartirlo?

El cartel me parece que está muy bien hecho, muy compensado y equilibrado y, especialmente, me hace ilusión compartirlo con Denom, que es una amigo desde hace un montón de años. Se podría decir que empezamos prácticamente juntos y es un gustazo poder actuar en un festival tan grande con él.

En una entrevista para Vodafone Yu, dijeron que hasta hace unos años los medios no se tomaban en serio el rap. ¿En qué cree que ha cambiado el trato?

Es una cuestión, sobre todo, de repercusión y de impacto, de que antes lo verían como un género muy minoritario y, quizá, como lo que hacían cuatro chavales… Eso: que no se lo tomaban muy en serio. Ahora que es un género que funciona y da dinero y que le interesa a la gente, pues claro: los medios se interesan más también.

¿Y cree que esa visión era realista?

Ha quedado constatado que no. Lo que pasa es que cuando algo está, digamos, en el underground y no sale en la tele, no sale en los periódicos o en la radio, entonces, la sociedad en general no le da el valor o la importancia que sabemos que tiene los que estamos dentro.

En otra entrevista para El Periódico dijeron: “Hemos sido de los primeros en conseguir que en el público se viera una diversidad de culturas, de estética, de gente que a lo mejor lo único que tiene en común es que le gusta Natos y Waor”. ¿Qué características tiene su música para que se dé esa pluralidad?

Creo que lo que hacemos nosotros, nuestra música, nuestras letras, pueden representar a un amplio espectro de la población. Al final, nosotros de lo que hablamos es de nuestros sentimientos, de nuestros pensamientos, de nuestra forma de ver la vida, de nuestras experiencias. Y eso puede que haya hecho que lleguemos a tocar a toda la población y no solo al nicho de los raperos con ropa ancha y gorra que están enfadados.

¿A qué otros grupos o artistas del panorama creen que les ocurre lo mismo, que llegan a un espectro muy amplio de gente?

Yo creo que a cualquier grupo prácticamente. Aunque haga un rap más clásico, a día de hoy, como se ha generalizado tanto, cualquiera puede tocar a diferentes… ¿Cómo decirlo? ¿Tribus urbanas? Es que yo creo que ya casi no existe esa diferenciación de tribus urbanas de cuando yo era joven. Aquello de “Yo soy hippie”, “Yo soy skater”, “Yo soy gótico”, “Yo soy rapero”. Creo que hay más una amalgama y todo el mundo escucha y hace un poco de todo. Y es bonito eso, también.

Mucha gente piensa que ustedes están en medio de la vieja y la nueva ola del rap español. ¿De cuál se sienten más cercanos?

De ninguna. Nosotros hacemos nuestra historia, pero sí que me parece bastante acertada esa idea, la de que estamos un poco a medio camino, porque no somos ni de los que pusieron la primera piedra, ni de los chavales que están saliendo ahora nuevos. No me siento ni de la vieja ni de la nueva escuela. Aparte, tampoco soy de etiquetarme.

Durante 2017 tuvieron un parón para preparar Cicatrices...

Nosotros, en 2017, hicimos un parón para centrarnos en la creación del álbum nuevo y, también, porque llevábamos cuatro o cinco años de gira continua y el cuerpo nos pedía descansar un poquito. También queríamos dejar que nuestros seguidores cogieran un poco de ganas de vernos.

¿Y cómo se siente volviendo a los escenarios?

La vuelta no pudo ser de mejor manera, actuamos en el Palacio Vistalegre y fue un reventón. Una de las mejores experiencias, o la mejor experiencia de nuestra carrera, sin duda. Ahora estamos metidos de lleno en la gira con un montón de fechas.

A pesar de que antes no se planteaban hacia dónde iban. ¿Hacia dónde cree que van ahora?

La realidad actual nos invita a ser optimistas, pero sin olvidar de dónde venimos, con los pies en el suelo y trabajando de la manera más seria y profesional que se pueda. Ahora que este es nuestro trabajo y que, por suerte, nos podemos dedicar a él al cien por cien, queremos devolver esa gran fortuna que tenemos con nuestro trabajo.

Como han dicho en alguna ocasión, el mensaje de sus canciones no es especialmente político. ¿Hasta qué punto llega la responsabilidad de un artista?

Mi punto de vista en ese sentido es que el artista tiene que hacer arte y la política yo se la dejo a los desgraciados a los que les gusta hacerla. Yo no soy nadie para adoctrinar a la gente que me escucha. Invito a todo el que nos siga a que se forme, a que se informe, y a que saque sus propias conclusiones. Yo no le voy a decir a nadie cómo tiene que pensar.

Con todo lo que ha pasado con la ley mordaza, ¿ha cambiado algo en la forma en la que ustedes hacen rap?

La verdad es que nosotros nunca nos hemos cortado, siempre hemos hablado en plata y hemos dicho las cosas según las veíamos en cada momento. Y sí, es verdad que está la cosa fea, pero si en algún momento nos tenemos que sentar en el banquillo por nuestras letras, iremos con un equipo de fútbol de abogados y a ver qué pasa.

Parece que en España sigue perviviendo el arquetipo de rapero de barrio, ¿cree que el rap puede salir de ese discurso de la calle?

El rap, desde sus orígenes ha sido eso, pero tampoco pienso que deba ser algo exclusivo de quien tenga unos padres que ganen menos de 800 euros. Creo que, quizá, el barrio te aporta esa esencia que no puedes conseguir viviendo en la Moraleja, pero cualquier persona a la que le guste puede hacer música. No voy a ser yo el que diga tú sí y tú no. Aparte, te puedes perder un montón de talento porque no todo está en el barrio. En España, el rap siempre ha sido una música un poco de clase media, aquí apenas hay guetos.

En lo que respecta a las mujeres de la música urbana en España, ¿cuáles son sus artistas de referencia?

Nathy Peluso me parece una fuera de serie. También tenemos un poco de la vieja escuela, aunque no me guste mucho el término, con la Mala Rodríguez, que ha demostrado gran versatilidad en los últimos años. Rosalía, por supuesto, ya se ha dicho demasiado al respecto, pero ahí está: otra artistaza. Yo me alegro mucho de que esté creciendo la escena femenina dentro de la música urbana porque ahí hay un montón de talento que se tiene que enseñar.

¿Cree que antes la visibilidad de la mujeres dentro de la música urbana no era tanta?

No creo que sea una cuestión de visibilidad, sino de que hace unos años a las chicas no les llamaba tanto porque era algo muy cerrado. Antes, si ibas a un concierto de rap, te encontrabas a dos chicas en una sala de quinientas personas. Ahora vas a un concierto nuestro y la mitad de la sala son chicas. Y eso para mí es genial.

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