El pasado sábado, 23 de febrero, un grupo de cinco jóvenes denunció el hallazgo de un cadáver en los restos de la muralla de Porta d'Es Camp, en Palma.
El cuerpo se encontraba en el interior de los túneles que hay bajo las murallas del paseo marítimo de la capital balear. Los agentes, al llegar al lugar de los hechos, encontraron la rejilla metálica que cubre el acceso a estos túneles abierta y, dentro, el cadáver de un varón de unos 30 años, momificado. A pesar del estado del cadáver, todavía era posible adivinar que el fallecido estaba colocado
El cuerpo lucía también una pulsera de eslabones en la muñeca derecha y en la izquierda un reloj digital color negro, que podrían ayudar a identificarlo.
Sin embargo, la autopsia practicada ayer, lunes, al cuerpo no ha revelado las causas exactas del fallecimiento. El forense determinó, que la muerte no había sido violenta.
El hombre, de unos 30 años de edad, vestía, en el momento de su muerte, únicamente, un pantalón corto de color rojo. El hecho de que su cuerpo conservara aún la piel hace sospechar que la víctima pudo fallecer en verano y en fechas no muy remotas.
Los investigadores han empezado ya a estudiar los casos más recientes de desapariciones en la zona para cotejar el ADN del fallecido con otras muestras que se encuentren en el banco de datos de la policía.
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