Según han informado los organizadores, todos los conciertos comenzarán las ocho de la tarde y la idea es que este certamen se consolide en el futuro con un esquema parecido al de esta primera edición: cinco conciertos en el primer trimestre para fomentar la música de calidad en diferentes estilos y formatos, "mientras se despiertan conciencias y se fomenta la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres".

De esta forma, la Sala bilbaína acogerá a un grupo de solistas que "deslizan su maestría" entre diferentes géneros musicales: pop, jazz, soul, folk, rock, góspel, rancheras o blues. La australiana Sarah MacKenzie, que con sus discos ha ganado el premio ARIA al mejor disco de Jazz del año y mejor disco de Jazz vocal publicado en Australia, abrirá el ciclo este próximo viernes.

La vocalista británica Jacquie McShee's recogerá el testigo el 8 de febrero. En los sesenta fundó el grupo Pentangle, formación imprescindible en la gestación del mestizaje entre el rock, el folk, el blues y el jazz. Es considerada una de las voces de referencia del folk-rock internacional de los últimos cincuenta años.

Con nueve álbumes publicados, Rosana visitará Bilbao el 22 de febrero con su nueva gira en la que el público será el encargado de elegir el repertorio de la noche. "Una invitación personal al cuarto de estar de Rosana, en el que se comparten anécdotas, cuentos, abrazos y canciones", han destacado.

Por su parte, Luz Casal presentará el 15 de marzo un concierto acústico tributo a Dalida, el mito de la canción franco-italiano-egipcia, cuya muerte hace ahora 30 años conmocionó a Francia y al mundo de la canción en toda Europa. La gallega presenta un ramillete de canciones "crudas y hermosas, siempre descargadas de prejuicios bajo metáforas poéticas o con letras urbanas y actuales", han apuntado desde la Sala BBK.

El certamen lo cerrará Lizz Wright el 23 de marzo. Con su peculiar enfoque, la estadounidense transita por el góspel, el jazz, el folk, el pop y el blues, "eligiendo un género u otro como un pintor elige los colores de su paleta. El desorbitado crecimiento de Lizz Wright y su desbordante expresión ha sido como ver tejer un complejo y colorido tapiz ante el público", han concluido.