Esta acción, que tuvo lugar ayer lunes, estuvo enmarcada en una jornada de puertas abiertas durante la que los más pequeños han podido conocer las amenazas a las que se enfrentan estos animales en la naturaleza a través de manualidades, talleres y otras actividades educativas.

La recuperación y posterior suelta de este ejemplar de tortuga ha sido posible gracias a los esfuerzos conjuntos del Cabildo de Gran Canaria y del acuario Poema del Mar, cuyas instalaciones han permitido que se mejorara rápidamente y con éxito.

Por su parte, la situación de Canarias en el centro de la Macaronesia hace que, cada año, un gran número de tortugas juveniles transiten al norte del archipiélago en su gran migración por todo el Océano Atlántico Norte.

El giro subtropical del Atlántico Norte, que circunscribe la ruta migratoria de las tortugas marinas, es uno de los lugares de acumulación de enormes islas de plástico, un material que afecta a los animales marinos enormemente, ya sea por absorción de sustancias tóxicas asociadas o provocando oclusiones intestinales mortales.

Aquí, el acuerdo ha apuntado que ,desafortunadamente, los organismos marinos deben enfrentarse también a otros residuos altamente perjudiciales, como las redes abandonadas, los sedales y otros aparejos de pesca, que pueden causar enmallamientos accidentales con consecuencias muy graves.