Se trata, en ambos casos, de construcciones previas al año 1920, con muros de carga de ladrillo, estructura de madera y cubierta de teja, que llevan tiempo desocupadas, indica el Ayuntamiento.

Los informes emitidos por los servicios de urbanismo concluyen que su estado de conservación general es "muy deficiente y no reúnen las condiciones de funcionalidad, seguridad y habitabilidad mínimas".

En las cubiertas la presencia de vegetación es abundante y en las fachadas existe riesgo de desprendimiento del material de revestimiento. También se aprecia un importante deterioro en la estructura de los balcones.

En consecuencia, se declaran en situación de ruina y se da a los propietarios un plazo de dos meses para iniciar la demolición de las construcciones, previa presentación del correspondiente proyecto técnico en el Ayuntamiento.

Una vez iniciados los trabajos de derribo, los propietarios tendrán un mes para completar dichas labores, y a continuación, deberán acometer también la limpieza y consolidación del terreno.

En caso de no ejecutar la demolición en el plazo fijado, podrá acometer los trabajos el Ayuntamiento de manera subsidiaria.

EDIFICIOS

En el caso de la construcción situada en la calle Adarzo 95 es una antigua vivienda que consta de planta baja, una altura y ático, y suma una superficie construida total de 246 metros.

Por su parte, la edificación situada en Adarzo 107, también deshabitada, tiene una superficie de 579 metros cuadrados.

Los acuerdos adoptados para declarar en ruina ambos inmuebles y ordenar su demolición se enmarcan dentro de las labores de vigilancia y control urbanístico que realiza el Ayuntamiento para velar por la adecuada conservación de los inmuebles en la ciudad y garantizar con ello la seguridad.