La ciudad de Barcelona ha puesto fin desde este 1 de enero a la moratoria que permitía que las bicicletas circularan por las aceras de menos de 4,75 metros.

Durante todo el mes, la Guardia Urbana se limitará a informar a los usuarios de la nueva norma, sin sancionar -excepto en las conductas más graves- a aquellos que la incumplan, pero antes de que acabe enero ya se pondrán multas.

La medida afecta sobre todo el distrito del Eixample y pretende evitar los "conflictos" entre ciclistas y peatones. El director de Movilidad del Ayuntamiento, Adrià Gomila, asegura que con esta medida se pretende convertir Barcelona en una ciudad "más ciclista".

El Consistorio quiere que la circulación de las bicis por la calzada sea la norma y por las aceras, la "excepción"; "Hay que poner las bicis en su sitio", ha añadido. La circulación tendrá excepciones: por la noche (22h a 7h), las bicis sí podrán utilizar en las aceras de entre 4,75 y 5 metros, siempre que haya 3 metros de espacio libre.

También podrán continuar circulando por las aceras menores de 4,75 metros los ciclistas que tengan menos de 12 años y "el adulto que los acompañe". Del mismo modo, las bicis podrán ir por las aceras cuando el carril bici esté situado sobre estas, siempre que se viaje a un máximo de 10 kilómetros por hora.