Millán Salcedo: "A mí el gag de la bandera de España de Dani Mateo no me hace gracia"

El cómico Millán Salcedo, en una imagen de archivo.
El cómico Millán Salcedo, en una imagen de archivo.
GTRES
El cómico Millán Salcedo, en una imagen de archivo.

El humorista Millán Salcedo, la mitad del mítico dúo cómico Martes y Trece, se ha sincerado este domingo en una entrevista publicada por el diario El País, en la que revela algunos detalles sobre su carrera profesional y muestra su opinión sobre temas de la actualidad, como por ejemplo el polémico gag de Dani Mateo, que se sonó la nariz con una bandera de España.

"A mí personalmente como gag no me hace gracia. Pero eso se lo he dicho esta mañana cuando me lo he encontrado en un programa de radio, ¿eh? Me llevo muy bien con él. Lo primero que he hecho es cogerle la manga de la camiseta y decirle: "Perdona un momento", y me he sonado los mocos con ella. Y a él le ha hecho gracia porque ese chico tiene mucho sentido del humor", dice. "Yo creo que se ha metido en un lío, pero bueno, él sabrá. Todo es respetable. Yo no voy a ser quien lo censure ni a él ni a nadie que se sube a un escenario a intentar hacer reír. Luego puedes tener más o menos gracia, gustar más o menos. Pero yo no seré quien critique", concluye el humorista manchego, que admite que como su excompañero Josema Yuste se ha manifestado públicamente en contra del chiste "le han llamado para hacer una entrevista en Chester (el programa de Risto Mejide en Cuatro)" y "ya tiene interés morboso".

Millán Salcedo ha terminado recientemente su gira En mis trece 2.0, que le ha llevado por teatros de toda España y donde repasa una carrera de cuatro décadas, que acabó en 1997: "Uno de los motivos por los que yo dejé Martes y 13 era porque lo nuestro se había pasado de madre (...)

¡Actuábamos en campos de fútbol y en plazas de toros! Yo quiero ver a la gente, no puedo soportar mirar al vacío. ¿Qué comunico si no veo los ojos y la sonrisa del público? Pero el empresario solo piensa en negocio".

De aquella época recuerda que "fuimos los primeros que nos atrevimos a imitar a los reyes. No te imaginas en el Prado del Rey... La cinta pasó de despacho en despacho. Obtuvo el visto bueno porque era una parodia light, absolutamente", y admite cuál sería imposible de emitir hoy: "El de la mujer maltratada… eso nunca lo volvería a hacer, entonces no teníamos la información terrible que tenemos hoy".

También recuerda otro de los gags más famosos del dúo, el de Maricón de España: "Si la palabra maricón, que a mí me parece preciosa, bien acentuada, puede pronunciarse de repente en la televisión en una gala de Nochevieja significa que hay un poder de transmisión y la gente así lo recibió". Sobre la homofobia en televisión, dice que él la ha vivido: "Sí, la televisión ha sido imposible. Por eso te digo que con el Maricón de España, que lo hice en el año noventa, se la colé yo y todavía no doy ni crédito ni de cómo". Además, cuenta que nunca le pidieron explicaciones por ese número: "Nunca jamás. Hay una cosa que se llama vis cómica. Si una cosa tiene gracia, déjala. No faltas al respeto a nadie".

Y cuenta también el origen de una expresión que popularizó en su época, "Me meo toa": "Yo creo que lo de 'me meo toa' se lo oí a una persona que era muy amiga y le pedí permiso para meterlo en fin de año. Siempre pongo ese número como ejemplo de mi modo de ser y de hacer: a mí me gusta la astracanada, la exageración".

La polémica con Encarna Sánchez e Isabel Pantoja

Otro de los momentos cumbre de Martes y Trece fue el especial de la Nochevieja 1991-1992, en el que imitaron a Isabel Pantoja y a la periodista Encarna Sánchez. Ésta se sintió muy ofendida e inició una campaña contra el dúo: "Aquello fue terrible, fue una persecución de lo más feroz. De amenazarme con echarme de España, voces en mi contestador automático que no conocía, recibir llamadas con voces distorsionadas…: 'Ojalá te mueras de cáncer'. Eso lo recibí yo a raíz de aquello".

Además, aquel programa le costó la amistad con Isabel Pantoja: "Las intoxicaron demasiado a las dos. Con Encarna fue una cosa terrible, pero Isabel solo me dijo: 'Tenemos que dejar de ser amigos'. Me da mucha pena todavía". De la tonadillera dice Salcedo que "creo que Isabel ha tenido demasiada ambición. Pero es lícito, allá cada uno. Pero hijo mío, ser la alcaldesa de un punto de referencia tan importante como Marbella a mí no me seduce. Y digo este caso como puedo decir otro. La ambición es un pecado muy grande".

También en la entrevista relata la mala experiencia que tuvo con Mariló Montero, con la que grabó un programa en TVE llamado El pueblo más divertido: "Para mí fue una decepción. No tengo nada contra esta señora (..) pero resulta que no me dejaron hacer nada. ¡Yo no pintaba nada allí! No hubo feeling, no pegábamos ni con cola. Ella iba por un lado y yo por otro. '¡Ay, que me mancho, no quiero hacer esto!'. Yo, que soy muy destroyer, hacía cosas como ponerme un pulpo a modo de peluca. Y ella: '¡Ay, no te acerques!'. ¡Venga ya, tía! Aquello no funcionó y lo mejor que le pudo pasar al programa fue que no lo viera nadie. De verdad que no estoy quejándome, yo también tengo mi parte de culpa".

Tampoco tuvo buena experiencia con Ana Obregón: "Ana Obregón me traicionó y yo la traición no la tolero, me parece el peor pecado que existe. Les dejo de hablar, directamente. Y si me puedo vengar, en plan cómico, alguna pulla suelto. Y así lo hice en un programa de Telecinco en el que a ella le explotaban las tetas. ¡Una ingenuidad!", dice. Millán insiste: "Me traicionó, aunque ella diga que no. ¿Qué apostamos? iba muy bien de audiencia en su tercera temporada y TVE decidió poner mi serie, Kety no para antes del programa, de diez a diez y media. Pues ella que no, que no y que no. Y a la cuarta semana me cambiaron al domingo por la tarde. Me enteré de que ella había ido allí a quitarme de enmedio. Ana decía que me quería con locura, pero siempre estaba intentando separarnos. 'Millán, tú y yo tenemos que hacer un programa cómico, seríamos la pareja perfecta, como en Italia Mina y Adriano Celentano'. Y yo: '¡Que no, tía, que yo estoy con este [Josema]!'. ¡Que me diga que no! Yo no le deseo ningún mal, nunca se lo he deseado, pero corté porque me sentí traicionado".

Sobre su vida privada, Millán se muestra más reservado: "Es que no interesa, ¿a quién coño le importa lo que yo haga, con quién me acueste o con quien le levante?". El cómico manchego añade: "Lo que pasa es que esto, mi casa y mi vida, no lo quiero enseñar porque es mi reducto, es lo que me he ganado con el sudor de mi frente. Es mi privacidad. Que si he tenido novia, que si he tenido novio, ¿qué más da? Lo van a decir aunque yo no lo diga. ¡Si hay algo publicado por ahí por las redes que dice que Josema y yo nos separamos porque no podía soportar más que yo le tirara los tejos! ¡Que me lo quería follar! Alguien lo ha publicado, por supuesto sin dar su nombre y apellidos. ¡Tanto cotilleo! ¿Todavía estamos con esto?".

También rechaza Millán posicionarse políticamente: "Yo no lo voy a hacer nunca. Yo tengo amigos de todos los lados: de arriba, de abajo, del este, del oeste, heteros, homosexuales… maricones, que me gusta más decirlo. Pero al que tiene la fama le sale inmediatamente una leyenda negra".

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