Agentes de la Policía Nacional han detenido a dos hombres que, presuntamente, se dedicaban a sustraer la recaudación de las máquinas tragaperras en distintos establecimientos de hostelería en nuestra capital.

Tal y como ha informado la Policía, las investigaciones comenzaron hace unos meses, tras el aviso de uno de los técnicos de una empresa encargada de la recaudación y mantenimiento de una de estas máquinas, que tras sorprenderse de la baja recaudación obtenida, apreció unas marcas compatibles con una manipulación irregular.

Estos hechos se volvieron a repetir en muy poco espacio de tiempo y en distintas máquinas, poniendo en conocimiento de la Policía Nacional estas circunstancias.

La forma de actuar revelaba una alta cualificación de los autores; así como su formación previa con conocimientos sobre la estructura y el funcionamiento de las máquinas tragaperras, las medidas de seguridad instaladas en cada modelo y el modo

concreto de vulnerar el sistema; algo que, hasta ahora, no se había detectado en Logroño.

Los robos se cometían con discrección, incluso con el establecimiento abierto al público y en presencia de clientes y del dueño; y no había daños apreciables a simple

vista en las tragaperras afectadas, lo que ocasionó que pasaran desapercibidos. Las víctimas únicamente se percataban de que la recaudación real era menor que la registrada por el contador de las máquinas, y lo atribuían a algún error aislado en los contadores.

Fue la reiteración de los hechos en poco espacio de tiempo y su coincidencia en máquinas de una misma marca lo que llevó a las víctimas a sospechar de la posibilidad

de que alguien las pudiera estar manipulando, saltando la alarma entre los distintos hosteleros de la ciudad.

Las pesquisas de los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y

Violenta (UDEV) de esta Jefatura Superior de Policía de La Rioja,

les llevaron a la identificación de los presuntos autores, tratándose de dos ciudadanos de origen rumano altamente especializados en este tipo de robos, imputándoles 15 delitos de robo con fuerza en doce establecimientos de Logroño, ascendiendo el importe de su botín a 7200 euros.

Asimismo, los investigadores descubrieron su implicación en otros robos acaecidos en otras provincias como en Asturias y en la Comunidad Valenciana, llegando en este último lugar a imputárseles setenta y cinco robos en este tipo de máquinas.