Según relatan sus dueños a Europa Press, la agresión se produjo esta noche cuando los animales pastaban junto al núcleo rural de Lozana, situado a escasos tres kilómetros de Infiesto.

El suceso ha dejado "desolados" a los dueños que llevan 22 años participando "con tremenda ilusión" en el desfile gijonés, a donde acuden portando un carro del país, burros, vacas y un rebaño de ovejas que hacen las delicias de los más pequeños.

"Tenemos pocos días de margen para comprar más y sólo nos quedan cinco vivas y algo estresadas", ha lamentado Loli Bermúdez, madre de los propietarios. "Así es difícil que los jóvenes se queden en el campo", apuntaba la mujer, que

solicita a la administración más controles de la fauna salvaje y un cobro rápido de daños.