Los Mossos d'Esquadra continúan con la búsqueda del supuesto asesino de un hombre de 40 años que tuvo lugar el pasado sábado por la noche en la confluencia del Paseo de Santa Coloma y la plaza del Baró de Viver de Barcelona.

La indignación, paralelamente, se incrementa en el distrito de Sant Andreu e incluso unas 300 personas participaron durante la noche del domingo en una marcha por el barrio, durante cuyo trancurso cortaron el tráfico en varias calles. Esta manifestación iba encabezada por familiares y amigos del difunto con la pancarta "Todos somos Edu", en recuerdo del fallecido.

El padre del difunto (quien, a su vez, era padre de un niño de tres años) ha negado ante las cámaras de TV3 que su hijo perteneciese a "ningún clan", asegurando en cambio que "sólo quería ayudar a los demás".

Según los vecinos, esta muerte es la culminación de un conflicto que ya venía de lejos, pues al parecer la víctima ya había presentado una denuncia por amenazas el viernes pasado, y no es el único; varios vecinos piden mayor presencia policial contra el clan de Los Pistoleros, que ha amenazado a otros vecinos también.

La víctima y el supuesto asesino mantenían un conflicto desde hacía al menos cuatro años por razones de convivencia, y se habían peleado en diversas ocasiones. Este último y su familia abandonaron el barrio tras el asesinato, y el domingo a medio día un grupo de vecinos irrumpió en su vivienda, donde causó varios destrozos.

La víctima del crimen bajó a pasear a su perro y realizar algunas compras de última hora cuando, a las 22:00, recibió cuatro o cinco disparos a manos de una persona huida a la que los vecinos identificaron como el vecino con el que mantenía disputas frecuentes, de acuerdo a lo expuesto por fuentes de los Mossos d'Esquadra.