El titular del juzgado de instrucción número 4 de Manresa (Barcelona) ha acordado dejar en libertad provisional, sin fianza, al hombre detenido bajo la acusación de matar en 1981 a su pareja, que estaba embarazada, y enterrar el cadáver en una parcela de Sant Salvador de Guardiola (Barcelona).

En un auto, el juez dicta la libertad del detenido, de 73 años, acusado de un delito de homicidio, teniendo en cuenta "las circunstancias de los hechos", la pena que se le pueda imponer y el hecho de que cuenta con domicilio fijo y no es probable que pueda huir de la justicia.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Castellón había dictado un auto para que el detenido el pasado miércoles quedara a disposición del Juzgado Manresa, por ser el que conoce el asunto.

Según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, la jueza de guardia de Castellón recibió el mismo día de la detención el atestado de la Guardia Civil pero no ha practicado diligencia alguna en relación a este caso pero se inhibió de la causa en favor del citado juzgado de Manresa.

El hombre fue detenido por haber matado en 1981 a su pareja que estaba embarazada y cuyo cadáver fue encontrado hace veinte años en una parcela de Sant Salvador de Guardiola (Barcelona) cuando su propietario iba a plantar un olivo.

La víctima, que estaba embarazada de cinco meses y murió al recibir un balazo en el cráneo, aunque también presentaba indicios de un contundente golpe en la mandíbula, pudo ser identificada gracias a pruebas de ADN.

El detenido, M.M.T., ha pasado a disposición del juzgado de instrucción número 5 de Castellón, población en la que reside actualmente, acusado de dos delitos de homicidio, aunque ya ha pasado a disposición del juzgado de Manresa.

La víctima fue encontrada casualmente el 5 de enero de 1999, cuando el propietario de una parcela situada en la urbanización Cal Esteve de Sant Salvador de Guardiola estaba excavando un terreno con la intención de plantar un olivo.

Los exámenes forenses permitieron determinar las causas de la muerte de la víctima y calcular su edad y el tiempo transcurrido desde su fallecimiento, aunque no fue posible identificarla, pese a que se extrajeron muestras de ADN tanto a la fallecida como al feto.

La Guardia Civil inició entonces una investigación, en la que revisaron las denuncias por desaparición de toda España -y también internacionalmente, a través de la Interpol- y centraron sus pesquisas en los propietarios de la parcela donde se halló el cadáver, sin hallar indicios que los relacionaran con la víctima.

Paralelamente, el perfil de ADN de la fallecida fue incorporado a la base de datos de personas desaparecidas y cadáveres sin identificar, denominado programa Fénix, sin que en un principio se hallara coincidencia alguna con las denuncias presentadas.

En el año 2000, el laboratorio de criminalística de la Guardia Civil llevó a cabo un retrato robot de la víctima a partir de su estructura craneal y facial, aunque esas gestiones tampoco dieron resultado.

Finalmente, en noviembre del año pasado, la hermana de la víctima, residente en Madrid, se personó en una comisaría de la Policía Nacional para denunciar que no tenía noticias de su hermana desde el año 1981, lo que permitió centrar las sospechas en el detenido.

Asimismo, la denunciante explicó que fue su pareja quien puso en contacto al detenido con su hermana, dado que éste le había pedido que le presentara a alguna amiga con quien entablar una relación sentimental.

Se comprobó que M.M.T. era uno de los propietarios del terreno de la urbanización Cal Esteve de Sant Salvador de Guardiola y que, en la época en que murió la víctima, estaba casado con una mujer con la que tenía tres hijos.

Los investigadores creen que el hombre mató a la víctima en la casa que había comprado en Sant Salvador de Guardiola y que posteriormente la enterró.