La viceconsejera de Desarrollo Rural, María Jesús Pascual, afirmó ayer en Soria que entiende que "no va a haber daños" en los cultivos con el nuevo operativo formado por 710 personas que controlarán la plaga de los topillos. "Nosotros, la Consejería de Agricultura, no tenemos constancia de que haya ningún daño en los cultivos en todo el territorio de la Comunidad Autónoma", indicó la responsable y añadió: "Estamos convencidos de que con esto se va a poder frenar".

En total son más de 200 técnicos y 500 peones, operativos que en el caso de Soria se componen de 21 equipos que trabajarán en los 78 municipios que se han identificado como afectados por la plaga.

El objetivo, sin embargo, es actuar en "todos los municipios" para evitar que se disparen las poblaciones y causen daño en los cultivos. Un técnico dará respuesta a todos los agricultores que necesiten conocer cómo actuar y cómo usar el producto para combatir la plaga. Un evaluador se encargará de desplazarse a los municipios para controlar la evolución. Un técnico y tres peones actuarán en una media de cuatro municipios.

El producto aportado a los agricultores son bolsas de bromadiolona de 25 o de 50 gramos que introducirán en los tubos como se aplicó la clorofacinona en la etapa anterior. Los peones lo aplicarán a través de un aparato que mete la pastilla en la hura. "La eficacia es la misma", pero la bromadiolona en bolsas está protegida y "la afección ambiental a otras especies está garantizada", destacó.

El operativo se mantendrá hasta abril, aunque "si fuese necesario", cabe la posibilidad de ampliarlo hasta el mes de junio, dependiendo de la evolución.

No es posible comparar la población de topillos del mes de febrero del año anterior, al no existir en la fecha un mapa de afección de la plaga; pero sí con los datos de julio del 2007. La reducción media en todos los cultivos en la región es de un 63% en la región, de un 95% en el viñedo y de un 73% en el regadío.

La zona noreste de la provincia de Soria es la más afectada por la plaga y se encuentra en el "estado dos" que significa que en cada hectárea viven de 400 a 800 topillos.

En noviembre se iniciaron ya actuaciones dirigidas a conseguir diezmar las poblaciones en los reservorios naturales como las linderas o las cunetas. Un operativo de 125 personas ha mantenido esos trabajos, "los resultados han sido buenos" y la "disminución de las poblaciones ha sido continua", sin embargo, la labor de control que debía haber desempeñado la climatología, no se ha producido. El Comité Científico aprobó por este motivo, el cuatro de febrero, la intensificación de las medidas de lucha contra la plaga.

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